¿Qué le pasa al Tata?
¿Qué debe entenderse de lo dicho por Gerardo Tata Martino en la rueda de prensa posterior al triunfo de la Selección Mexicana de Futbol ante su similar de Perú la tarde del pasado sábado en Pasadena?
Cuando un reportero lo cuestionó sobre las razones de su planteamiento ofensivo y si buscaba retener el balón de acuerdo a las características de juego de Polonia, su primer rival en la Copa del Mundo, esto contestó el entrenador:
“Demoré cuatro años en que alguien me haga una pregunta de esta naturaleza. Te agradezco y todo lo que dijiste es tal cual. Nada que agregar, hasta te iría a dar un abrazo. La próxima vez me voy a Tijuana a hacer las conferencias”.
¿De qué va esto? ¿Debe entenderse que Martino siente que no ha sido cuestionado nunca a cerca de las razones por las que pone o no pone a determinados futbolistas? ¿Se diría que nunca se le ha preguntado sobre futbol de cancha y lo que busca o buscó como estratega?
¿O a qué se refiere? Sería obligado que el director técnico aclare esto en cuanto tenga oportunidad. ¿Qué tal su siguiente rueda de prensa?
Si tengo razón en lo que planteo en estas preguntas, es evidente que Martino se equivoca. Es muy frecuente que él, y casi todos los entrenadores hablen a contentillo. El sábado pasado el equipo nacional ganó de última hora y seguramente eso lo puso muy contento, liberándolo de cierta presión.
Se equivoca también al abordar el tema de esa manera, propiciando sentimientos de descontento o hasta venganza en reporteros de medios que lo acompañan de forma consistente en cada uno de los partidos de la Selección. Periodistas que siempre quieren hablar de futbol y que si no lo hacen es porque han aprendido que, pese a lo que dijo, no es cierto que se muestre dispuesto a hablar en público de sus razones.
No es la forma más inteligente de enfrentar las críticas, muy justificadas además, por los malos resultados.
No es la forma más inteligente de enfrentar las críticas por los malos resultados