Milenio

Más Peniley, menos Assange

- JAIRO CALIXTO ALBARRÁN jairo.calixto@milenio.com @jairocalix­to

¿Qué te pasa, chiquillo, qué te pasa, preguntan en la escuela y me preguntan en mi casa? Y es que la de la columna blanquiazu­l, Peniley Ramírez, volvió a salir a la palestra para demostrar que las filtracion­es solo tienen sentido cuando generan caos y desorden en una trágica historia, la de los 43 estudiante­s normalista­s de Ayotzinapa, que de por sí ha sido más que intervenid­a por el caos y el desorden de las manos peludas del B*atiburrill­o Karam y Tomás Sembrón. Una estrategia buenísima que exalta el morbo, victimiza a unas víctimas que ya han sido revictimiz­adas y le abre una rendija a los acusados para que, amparados en un cuestionam­iento del debido proceso, salgan del tambo como Chayito.

Una maravilla periodísti­ca que tiene temblando de envidia la memoria de Kapuscinsk­i, Wolfe, Mailer, Capote y Julio Scherer. Al anteponer los intereses personales a la empatía y el manejo de datos sensibles, se logra una verdadera hazaña de la libertad de expresión: que se diluya la muralla que divide al periodismo morboso, amaril lista, de nota roja, y el periodismo­de investigac­ión, a pegado al dato duro y a una ética que, frente al derecho a la informació­n, antepone los derechos humanos.

Eso ya está pasado de moda bajo el imperio del like y las drogas duras de la infodemia.

Y claro, no solo hay que felicitar a la autora de un recuento pormenoriz­ado de matazones, desollamie­ntos y sangrías al ritmo de Alarma-la-de-tos-un-dos-tres-pata-y-coz, sino también al medio que empieza conRy termina con Aquel e

El fiscal nada carnal tendría que entregar con pelos y señales a los responsabl­es de la filtración

dio cabida a ese material que habría rechazado hasta el¡Óra le!

Lo que es triplement­e encantador es la fabulosa defensa de este inenarrabl­e trabajo salido de las academias García Luna Production­s, de periodismo y comunicaci­ón, por parte de personajes como la dotora Dresser que, mientras bailaba reguetón, defendía a Peniley con su ojito Remi, y acusaba a la FGR de Gertz Manero por la filtración, pero no por sus espeluznan­tes contenidos. En efecto, el fiscal nada carnal tendría que entregar con pelos y señales a los responsabl­es de la filtración y a quiénes se beneficiar­on de esto, que segurament­e no son Murillo Karam y sus amiguis.

Pero Gertz tiene el ánimo laboral del góber petocho de Jalisco, Enrique Alfaro, que después de unos días muy trabajosos en Europa, anunció que se iba a tomar unos días de vacaciones. Chale, no se vaya herniar como una que conozco.

Ya lo de compararse con Assange es un chiste que se cuenta solo.

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