Milenio

Parábola del agua y los camotes

No todos pueden tener la razón, ¿los abogados de los militares? ¿el “Informe Encinas”? ¿El Presidente que jura y perjura que existen presiones de todo tipo? La búsqueda de la verdad seguirá siendo eso, una búsqueda...

- GIL GAMÉS gil.games@milenio.com

Repantigad­o en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil cavilaba: la verdad histórica se desmoronó, pero la búsqueda de la verdad se convirtió en polvo. El “Informe Encinas” ha desatado una ventolera. El general Secretario está hecho un basilisco y ha roto lanzas contra Encinas, los abogados de los militares lo acusan por manipular y politizar el caso; el secretario de Gobernació­n defendió en el Senado al ejército: “no se va a encubrir a nadie (no) fue una acción concertada del ejército mexicano (…) este gobierno ha hecho un enorme esfuerzo para que los mexicanos conozcamos qué sucedió en el caso de Ayotzinapa en esa noche trágica de Iguala, como nunca se le ha dado total transparen­cia”.

A Gil se le hacen engrudo las bolas, o como se diga. No todos pueden tener la razón, ¿los abogados de los militares? ¿el “Informe Encinas”? ¿El Presidente que jura y perjura que existen presiones de todo tipo? Así las casas (muletilla patrocinad­a por el licenciado Bartlett chu-chu-chu), la búsqueda de la verdad seguirá siendo eso, una búsqueda. De seguir dando estos frutos, la mata se convertirá en un berenjenal y Liópez Obrador no podrá mostrar esa victoria electoral, a menos que se persiga y encarcele al jefe del encubrimie­nto, el ex presidente Peña. El lío no excluye al quinto camión con dinero o droga en su interior, miles de mensajes, la comunicaci­ón de Sidronio con su gente en Chicago, los seis estudiante­s de los que supuestame­nte se hizo cargo, es decir ordenó asesinarlo­s, el hoy general José Rodríguez Pérez.

Gil testa

Siempre que Gil oye o lee el verbo “testar” piensa en el testamento, pero hay al menos otros significad­os: “tachar, borrar”. El documento que dio a conocer Peniley Ramírez no tenía los tachones con los cuales se dio a conocer aquel documento para proteger a los mencionado­s. No se lo tomen a mal a Gamés, pero cuando el idioma de los abogados se trasmina a la prensa, todo se oscurece. Gil preferiría testar estas dos líneas porque se van a enojar los abogados y las abogadas que no malquieren a Gilga. ¡A testar!, no se diga más. Y por lo que se ofreciera, acá los espera Gil con su cuchillo cebollero, cuidado con él porque no se la acaban o se van con todo y la cebolla y el cilantro de la taquería de Gamés, porque si ustedes no lo sabían tiene su establecim­iento mercantil en el cual se expenden los tacos de mucha variedad.

La coronación del caos ha ocurrido con los asaltos de los jóvenes normalista­s a los campos militares, petardos, pedradas. Lo nunca visto, un ataque al Campo Militar número 1, emblema, si alguno, de los desapareci­dos, de la tortura, de la oscuridad de las cárceles clandestin­as. Cuando Gilga pregunta nadie responde: ¿quién manda a estos jóvenes asaltantes? ¿Por qué permanecen impunes?

Mondiacult

Gil se enteró en una bien tramada nota de Vicente Gutiérrez que en conferenci­a de prensa desde París, Ernesto Ottone, subdirecto­r general de Cultura de la Unesco, dijo que Mondiacult pretende ser una reunión clave para el futuro de la cultura”. Andan muy desencamin­ados estos amigos de la Unesco, ¿saben que el gobierno mexicano no puso un peso para las empresas culturales durante la pandemia? Pues ya lo saben. ¿Están enterados de los salvajes recortes a la cultura en México?, pues entérense y luego pronuncian alocucione­s optimistas. No puede ser que no sepan que este gobierno se caracteriz­a por su anti intelectua­lismo y su desprecio por la cultura. 160 ministros participar­án en los debates así como otros expertos de la Unesco que presentará­n los principale­s desafíos. Gilga ya averiguó dónde es el encuentro, el Auditorio Nacional, para no pasar cerca ni de broma. Gamés no imagina algo más aburrido. Allá va la señora Frausto, adorno, florero sin flor, puesto con gran cuidado en la Secretaría de Cultura. La señora debe sentirse protagónic­a, una vez en la vida va y viene dando órdenes y desórdenes. Gil pagaría por ver el cuaderno de notas de Marx Arriaga, director de Materiales Educativos, puesto clave de la SEP.

Por último y al final: si Alfredo Adame es como él dice, cinta negra, Gamés es el tremendo Bruce Lee. Otra vuelta le dieron hasta con la cubeta en Tlalpan, se veía madreadón.

Todo es muy raro, caracho. Como diría Pessoa: “La verdad es un error de perspectiv­a”.

Allá va la señora Frausto, florero sin flor puesto con gran cuidado en la Secretaría de Cultura

Gil s’en va

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