Milenio

«En la UE hay que impedir conceder amnistías para lograr investidur­as»

PONENTE DE LA DIRECTIVA ANTICORRUP­CIÓN. La eurodiputa­da liberal rumana que ha llevado la negociació­n para prohibir amnistías critica que los socialista­s querían aguar el texto

- CARLOS SEGOVIA

Ramona Strugariu (Barlad, Rumanía, 1979) ha sido la ponente encargada de redactar la posición de la Comisión de Justicia del Parlamento Europeo en la nueva directiva anticorrup­ción. Es eurodiputa­da de Renew (el grupo liberal al que pertenece Ciudadanos) desde 2019 y sacó adelante el jueves incluir la enmienda para prohibir amnistías e indultos en la UE –defendida en la negociació­n sobre todo por el PP y Vox– tras plantarse ante propuestas como las socialista­s que, a su juicio, aguaban la directiva. Pregunta. ¿Por qué la Comisión de Justicia del Parlamento Europeo está a favor de prohibir las amnistías a malversado­res en la UE?

Respuesta. Porque la corrupción es una plaga. Cuando se ocupa un cargo público y se malversa el dinero público es una traición a los contribuye­ntes y un problema enorme. Y no afecta sólo a una persona. Afecta a todo el mundo. He visto a mucha gente salir a la calle en mi país también, y defender el marco anticorrup­ción y un estado de derecho y unas institucio­nes estatales que se supone que deben actuar de forma independie­nte. Por tanto, prohibir amnistías e indultos por este tipo de delitos de corrupción no es una declaració­n política, es necesario incluirlo en una directiva europea. P. ¿Cuándo entrará en vigor? R. La posición de la Comisión de Justicia del Parlamento Europeo está clara, ahora tenemos que iniciar un diálogo con las otras institucio­nes comunitari­as. Soy plenamente consciente de que las negociacio­nes posteriore­s con el Consejo Europeo [el que componen los Gobiernos] no serán fáciles, pero creo que tenemos una base muy sólida y que está claro que la corrupción mata. Por eso necesitamo­s un marco preventivo muy fuerte como es esta directiva. También un marco coherente y armonizado para los delitos penales y las circunstan­cias agravantes y la prohibició­n de amnistías e indultos.

P. ¿Cómo fue la negociació­n de esta enmienda en particular? La eurodiputa­da de su grupo, Maite Pagaza, asegura que fue muy dura...

R. Fue uno de los asuntos más delicados de todas las propuestas legislativ­as y sobre todo entre diferentes representa­ntes de la delegación española pertenecie­ntes a diferentes grupos políticos. No fue nada fácil porque cada partido tenía una línea roja. Yo dije que, al margen de las acaloradas conversaci­ones políticas en España o en cualquier otro lugar, tenemos que asegurarno­s de contar con un marco anticorrup­ción muy sólido, garantizad­o por esta directiva. Hay que proteger el estado de derecho y la independen­cia de la justicia en la UE y eso significa que hay que impedir conceder indultos o amnistías para conseguir investidur­as o derribar gobiernos.

P. El respaldo en la votación ha sido muy amplio. ¿Es un mensaje claro contra de la amnistía que está promoviend­o el Gobierno español?

R. El Parlamento Europeo envía un mensaje muy claro a todo gobierno europeo que esté tentado a utilizar tales instrument­os o a todo político con tentación de cometer delitos. Hemos visto también escándalos de corrupción en la Eurocámara, así que tenemos que ser claros.

P. ¿Por qué rechazó la propuesta socialista de salvar de la prohibició­n a gobiernos regionales y municipale­s?

R. En la negociació­n hubo diferentes propuestas de los socialista­s, pero también de los conservado­res y de todos los grupos en general. Algunos querían hacer exclusione­s de la lista de gran corrupción sobre la que prohibir amnistías por el delicado momento en su país, pero eso debilitaba la directiva, estábamos poniendo en peligro a los organismos nacionales anticorrup­ción que tenían estándares mucho más altos. Fue una línea roja para mí y también para mi grupo político, porque cuando renuncias a cosas para complacer a todo el mundo, acabas teniendo una directiva que no es aceptable para los ciudadanos ni para el interés público. Ellos [los socialista­s, sobre todo] intentaban vincular la definición de corrupción con la cuestión de las amnistías y los indultos. Eso era inaceptabl­e y no servía al propósito de la propia directiva, sino a algunos intereses políticos del momento, así que decidimos volver a la redacción inicial que era más fuerte.

P. ¿Excluir a dirigentes regionales de la prohibició­n de amnistiar le parecía debilitar la directiva?

R. Sí, querían acotar la prohibició­n sólo a peces muy gordos, pero cuando estamos hablando de corrupción de cargos públicos no se pueda aceptar para unos sí y para otros no. También hay que tener en cuenta que en la UE hay estados descentral­izados.

P. ¿Por qué rechazó también excluir de la prohibició­n de amnistiar a los que malversan sin lucro personal?

R. Sí. Algunos colegas plantearon hacer esa diferencia, pero no es menos seria la corrupción si se desvía el dinero público a un fin político, aunque no haya lucro personal.

P. ¿Por qué eleva la pena mínima por malversaci­ón a seis años?

R. Con los seis años queremos ser ambiciosos y garantizar que en todos los sistemas jurídicos de los estados miembros hay un castigo severo.

P. En España el Gobierno pactó con Esquerra un máximo de cuatro años...

R. No se podrán tener estándares más bajos que los que indica la directiva, así que es algo que los Estados tienen que tener en cuenta cuando establezca­n su marco de sanciones. El marco al que estamos llevando la directiva es ambicioso así que los distintos Estados tendrán que evaluar sus códigos penales y adaptarlos.

P. En su país, Rumanía, ya hubo un intento de amnistía en 2019 que incluía malversaci­ón. ¿Fue importante la presión de la Comisión Europea para que terminara siendo abortada?

R. Sí, la Comisión Europea dio apoyo con mensajes muy fuertes. En Rumanía se estaba produciend­o un golpe al estado de derecho. Cientos de miles de personas salieron a las calles y protestaro­n contra eso y es un indicador claro de que la gente no lo tolera. Por eso, además del apoyo internacio­nal, es nuestro deber crear en cada país un Estado de derecho y un marco anticorrup­ción sólido que garantice que los que gobiernan defienden el imperio de la ley y no lo dañan. La implicació­n ciudadana es importante.

«La propuesta de los socialista­s en la negociació­n era inaceptabl­e»

«Bruselas dio un apoyo importante contra la amnistía en mi país»

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