¿Quién dijo que todo está perdido?
Es un hecho irrebatible que el Pachuca se ha convertido en lo que fueron los Pumas en las décadas de los 80 y 90 del siglo pasado. Un club de futbol que apuesta por la cantera formadora de jóvenes jugadores talentosos, a los cuales hace acompañar por cuatro o cinco refuerzos extranjeros de calidad y trayectoria relevante.
Es la única manera la que ha escogido desde hace ya muchos años Jesús Martínez (propietario de los Tuzos), para enfrentar con relativa garantía de éxito, el poder del dinero que representan al menos tres equipos: América, Monterrey y Tigres.
No están nada lejos de este modelo equipos como el Santos Laguna, aunque no han llegado a sostener el mismo nivel de producción y exposición de talento que han hecho los hidalguenses.
¿Qué más tienen que ver los propietarios de los 13 equipos que componen la Primera División o Liga Mx y que no he mencionado en estas líneas, para entender que no hay mucho más para dónde hacerse? Empezando por los Pumas.
Y no es que no tengan en su estructura los 18 equipos áreas de fuerzas inferiores perfectamente diferenciadas en edades. Todos tienen planteles representativos en las llamadas Sub 15 o Sub 17. De hecho, por reglamento lo deben hacer.
El asunto es que hay quienes no se toman tan en serio esto de formar talento y, sobre todo, de una vez graduados por decirlo de alguna manera, darles la oportunidad de mostrarse en el llamado primer equipo.
Esto último es lo que ha hecho el Pachuca de forma realmente brillante, otra vez, esta temporada. Y el equipo se sitúa entre los primeros de la tabla general, desafiando con enorme dignidad, el dominio de los poderosos.
Ahí está el modelo a seguir, insisto. Buenos buscadores de talento, excelentes profesores, instalaciones de primer nivel, una idea futbolística bien definida y valentía para darles la oportunidad. Si hace esto, todos ganan.
Pachuca es un club que apuesta por la cantera formadora de jóvenes jugadores talentosos