Milenio

¿Cómo hacen sus puentes los zapatistas?

En la travesía de La Montaña por el inmenso mar Atlántico, Bernal, el más grande del Escuadrón 4-2-1, compartió diversos tópicos de la autonomía zapatista: “Una construcci­ón es resultado de ideas colectivas y trabajo de los pueblos, no de dinero”

- DIEGO ENRIQUE OSORNO

Dejamos hace varios días la bahía de Punta Rucia, Santo Domingo. La Montaña se adentró al inmenso mar Atlántico con ayuda de viento, dísel y fortuna. Ya no tenemos comunicaci­ón alguna con el resto del planeta. Apenas vemos en un radar el puntito que somos en medio de la nada atlántica. Lo más cercano que se divisa por ahí es Bermudas. Aunque hay buen humor, nadie hace bromas geométrica­s al respecto.

Los zapatistas van al otro lado del Atlántico a reunirse con otres, pero ese encuentro con nuevas culturas ya sucede aquí. En un descanso de su guardia, el marinero alemán Ette y Bernal se sientan a conversar. Además de ser el más grande en edad de todos los miembros del Escuadrón 4-2-1, Bernal es el marinero zapatista que más extraña tierra. Todos los días, sin falta, tengo el goce de oírlo compartir emocionado la descripció­n minuciosa, casi idílica, de la milpa que dejó en Chiapas. La charla con Ette no puede ser de otra cosa que de eso.

Compañero Ette —inicia Bernal— mucho gusto conocerte aquí en el barco, como te he platicado, soy de La Realidad, de la selva Lacandona, vengo de allá y conozco muchas plantas que se pueden comer sin comprarlo, sin pagarlo, como hierba mora, hierba dulce y otras hierbitas que se llaman pacaya, chapaya y frutas de la selva que se llaman annona, ajash… hay muchas cosas que podemos comer de forma natural. —¿Quéesajash—preguntaEt­te. —Es un árbol grande que da mucha fruta y que cuando no hay que comer, hay que juntar esa semilla para comer. Ese es como el maíz, pues te da fuerza para trabajar y caminar. ¿Te acuerdas de la planta que me preguntaba­s la otra vez? Esa de la palma nosotros allá lo conocemos como corozo: es una palma con tallo duro, pero cuando se corta, se saca todo lo tierno y se picotea y es sabroso para comer así nada más. —¿Y qué sabor tiene? —Tiene un poco de sal, es saladita, compañero Ette.

—¿Y te gusta eso?

—Sí, es muy sabroso cocido, lo vas a cocer en la brasa y ya lo comes y ya sale más o menos bien, con tortilla, revuelto.

—¿Y qué otras frutas hay? —Un chingo de fruta: hay zapote, sonzapote, hay aguacates, hay… muchas frutas para comer allá. —¿Piña? —También hay piña, se da la piña, plátanos, diferente clase de plátano: hay el lorito que decimos, hay el manzanito, hay el plátano morado que decimos al guineo que tiene ya muchísimos años, ya de nuestros abuelos y que en algunas partes ya no hay, pero nosotros tenemos todavía, que es el plátano morado que se come hasta que esté bien maduro. —¿Es antiguo?

—Sí, es muy antiguo ese plátano, es de las primeras plantas y ahí existe todavía. Cambia de color, primero es morado, pero como ya está tan vieja la mata ya se pone amarillo también, que es el mismo plátano muy dulce. —¿Hay tomates y pepinos? —Sí, tomates sí se dan, también la calabaza y el chayote, nomás que hay que saberlo cuidar.

—¿Tú tienes siembra? —Sí, en el terreno sí se da en tiempos, en temporadas, por ejemplo, llegas en un mes de octubre, ahí vas a conseguir lima, naranja, toronja, guayaba, plátanos, que es su tiempo, que da mucho esa maciza, es el tiempo que se recoge, se va a traer para comer, pero sí hay muchas frutitas para comer allá, y lo hemos tenido pues para la familia.

—¿Pero no es solo para comer en la familia, es algo para vender también?

—Sí, a veces se vende, por ejemplo, la caña. Hay compañeros que primero lo muelen con un trapiche y después lo hierven, según si quieren miel de caña o panela, porque la panela se hace dura y tarda más, entonces se va ya raspando para el cafecito, y sí hay caña, tenemos caña también, para no comprar azúcar, hay agua de caña picadita, con eso tenemos.

—¿Y también hay terrenos colectivos?

—Sí, también en el colectivo tenemos trabajos colectivos para nuestra zona, para nuestras autoridade­s, para que ellos tengan cómo vivir en sus turnos de autoridad, lo que es la autonomía, verdad, en la junta de buen gobierno está un turno de 15 compañeros, entre hombres y mujeres, pasando el turno de 15 días.

—¿Y esos compañeros son elegidos?

—Sí, son elegidos por toda la organizaci­ón zapatista. Tiene una zona y esa zona nombra a su autoridad democrátic­amente, viene de diferentes pueblos, de diferentes dialectos que hablamos nosotros: la lengua tojolabal, la lengua tzotzil, la lengua chol, la lengua zoque… allá hay zoque también y viene lejos, de dos días de camino, a veces llegan ya un poco retrasadit­os porque vienen caminando y a veces hay mal tiempo y se crecen los ríos, no pueden pasar rápido para llegar a las reuniones.

—¿Cuántas reuniones son al mes?

—Bueno,segúnlasne­cesidades, pues, si hay que hacer un trabajo, siempre y cuando sea a su tiempo. En septiembre-octubre, es cuando se siembra el café, en abril es cuando se siembra el maíz, la milpa, la calabaza, el camote, el cebollinci­to, ese tiene su tiempo pues, entonces, en esos tiempos hacen una reunión las autoridade­s y plantean con otras autoridade­s locales y municipale­s, hacen el acuerdo, sacan el acuerdo: ‘para tal día vamos a dar tres días para nuestro colectivo’, y entonces, en ese momento, ya saben los pueblos que tal día van a llegar, ya está un carro de la junta de buen gobierno que los lleva al terreno para trabajar. Tres días se dan cada grupo de compañeros, si es un grupo de treinta o veinte, dependiend­o qué cantidad de trabajo.

***

Ette y Bernal siguen conversand­o de diversos tópicos de la autonomía que los zapatistas han ejercido en sus territorio­s todos estos años. En algún momento, el navegante tojolabal trata de explicarle a su compañero europeo que si quieren construir un puente lo hacen juntando pensamient­os de diferentes autoridade­s. Una construcci­ón, aunque sea de piedras, es resultado de ideas colectivas y trabajo de los pueblos, no de dinero.

Ese es el movimiento de autonomía —platica Bernal—, de coordinaci­ón, eso nos preguntaba Carlitos, que cómo es que funciona cuando vamos a hacer un trabajo. Por ejemplo, vamos a construir un puente: ¿Será que es con dinero o cómo se hace? Nosotros le preguntamo­s, le platicamos que no, a veces se hace con ideas, sacando, juntando ideas de cómo es la mejor forma de no gastar el dinero, porque no hay pues, entonces, hacemos cooperacio­nes de piedra, carros de piedra, acercamos más el agua…. —Un fundamento…

—Sí, digamos que es un arroyo y necesita un puente, entonces lo reducimos con un poco de piedra y ya entonces se tumba un árbol que dura mucho tiempo, se hace el puente y se tapa aquí para que no resbalen los caballos, la gente, todo eso...

Y si es que es de carros, se hace del doble ese árbol y se trae y se pone, pero ya no se gastó dinero, sino se hizo con pensamient­os de diferentes autoridade­s y en los pueblos son los que cooperan, los que ayudan a trabajar.

“Se elabora con pensamient­os de diferentes autoridade­s y con la cooperació­n y el trabajo de la gente”

CONTINUARÁ

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MARÍA SECCO El marinero compartía todos los días la descripció­n de la milpa que dejó en Chiapas .
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