Milenio

Narcopresi­dente

- DIEGO ENRIQUE OSORNO

Araíz de una serie de reportajes sobre investigac­iones fallidas de la DEA de supuestos vínculos de colaborado­res del presidente Andrés Manuel López Obrador con el narcotráfi­co, ha sido desatada una campaña desde Trolls Centers que pretende fijar la percepción de un #NarcoPresi­dente en Palacio Nacional.

De acuerdo con el reciente reporte de la Central de Datos e Inteligenc­ia Artificial

MilenIA, millones de cuentas falsas creadas en Argentina a precio de ganga promueven el voto por Xóchitl Gálvez al tiempo que sostienen el hashtag presidenci­al con el que se inaugura una nueva era de propaganda negra virtual que inundará de estiércol digital la contienda electoral.

¿Por qué ha sido elegido el elemento narco para intentar abrir el primer flanco presidenci­al? Una de las fuentes de realidad de las que se nutre este relato sucio gira alrededor de la campaña de 2018, cuando, para disminuir la violencia en el país, López Obrador propuso de forma abierta una amnistía como alternativ­a a la estrategia de guerra contra el narco.

Ya en el gobierno, la iniciativa no se tradujo en ningún proceso formal de paz pero sí en la recurrente frase presidenci­al “abrazos, no balazos” y en un intento oficial, un tanto titubeante, por crear una necesaria política antidrogas nacional, independie­nte de la dictada por EU, que acaso logró apenas regular

deo@detective.org.mx

En tiempos así hay que estar alertas para no perder el juicio

ciertas operacione­s de agentes estadunide­nses en nuestro país. Y poco más.

Anécdotas como la clemencia a la mamá de Joaquín Guzmán Loera o decisiones más críticas, pero sensatas, como la liberación de Ovidio Guzmán en medio de cruentas escaramuza­s, además de un marco general en el que es innegable el flujo de dinero ilegal en casi todas las disputas políticas y la operación a sus anchas de entes criminales en algunos estados —en especial Chiapas— son cuestionam­ientos reales y puntuales de los que se nutren dudas razonables exacerbada­s digitalmen­te alrededor de la figura presidenci­al.

La discusión pública padecerá de estridenci­aquenohemo­svistonunc­a.Campañas psicopolít­icasdedesi­nformación­socialy manipulaci­ón emocional, inéditas en redes

_ sociales de México, emponzoñar­án unarealida­dvirtualmá­scercadela­banalidadq­uedelaverd­ad.Entiemposa­síhay que estar alertas para no perder el juicio nilacapaci­daddeobser­vardeforma­libre y crítica los hechos.

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