Un mensaje de grandes líderes sindicales en EU
Durante un debate con Financial Times, cuatro de los principales jefes de asociaciones laborales conversan sobre huelgas, tecnología y afiliaciones
El año pasado hubo más huelgas en Estados Unidos de las que hemos visto en más de dos décadas. Desde trabajadores del sector automotriz a actores, pasando por baristas y personal de atención de salud, el número de trabajadores estadunidenses que protestaron se triplicó respecto al año anterior. Hubo un Verano de huelgas y par os en octubre. En septiembre pasado, Joe Biden se convirtió en el primer presidente en funciones que recorría los plantones del sindicato automotriz. Este año promete más, con importantes acciones organizadas dirigidas a Starbucks, Delta, Amazon y Tesla.
Todo esto representa un punto de inflexión generacional. Si la revolución Reagan-Thatcher consistió en aplastar el poder sindical, parece que el péndulo está cambiando a favor de los trabajadores. Los sindicatos también están cambiando. No solo luchan por mejores salarios y prestaciones, sino por más poder financiero en las empresas y el control sobre el uso de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial (IA), pero aunque aumenta el apoyo público, sobre todo entre los trabajadores más jóvenes, la afiliación sigue siendo baja. Y un nuevo desafío de la Suprema Corte a la legalidad del sistema actual representa una gran amenaza.
Me senté con cuatro de los principales líderes sindicales de EU: Liz Shuler, presidenta de la AFL-CIO (Federación Estadunidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales); Claude Cummings, presidente de Communications Workers of America; Randi Weingarten, presidenta de la Federación Estadunidense de Maestros, y Sara Nelson, presidenta internacional de la Asociación de Auxiliares de Vuelo, para hablar de lo que ha pasado y de hacia dónde van.
A continuación presentamos una transcripción ligeramente editada de una conversación que se celebró el pasado 21 de febrero en Washington.
Rana Foroohar: La fuerza laboral acaba de tener un año increíble. Resuena no solo en EU sino a escala mundial. Una gran mayoría de la gente en Estados Unidos apoya a los sindicatos. ¿Cómo se aprovecha eso para aumentar la afiliación?
Liz Shuler: Del público, 71 por ciento apoya a los sindicatos en general,y 88 por ciento de los jóvenes menores de 30 años lo hacen. Durante la pandemia, los trabajadores que no tenían voz ni protección se presentaron y dijeron: “¿saben qué? un sindicato es la forma de lograr eso ”. El año pasado fue récord, como mencionaste. Creo que 500 mil trabajadores estaban en huelga; 900 mil obtuvieron aumentos salariales de dos dígitos a través de acuerdos colectivos. Aumentamos
la afiliación sindical del sector privado en 200 mil. Este año vamos a tener uno aún mejor. Varios contratos importantes están en negociación. Trabajadores hartos están entusiasmados y la economía no les está funcionando.
Claude Cummings: También creo que los jóvenes están hartos de la avaricia corporativa. Tan simple como eso. Durante la pandemia tuvimos problemas con la administración que obligaba a las personas a trabajar, sin darles tiempo libre ni suficiente protección en el trabajo. Así que creo que los jóvenes dijeron: “ya es suficiente, estamos listos para tener voz”.
Randi Weingarten: Los chicos, en particular, quieren algo de poder. Y no quieren que alguien simplemente, ya sabes, tenga pensamientos mágicos o prometa demasiado y no cumpla lo suficiente. Todo el mundo quiere una vida mejor, pero un sindicato puede unir a las personas para luchar juntos. Un sindicato da capacidad de acción a las personas.
Nuestro sindicato es ahora uno de educadores, trabajadores de la atención de salud y servicios públicos. Representamos a los tres sectores, por lo que ahora somos el segundo más grande. Entre enero y diciembre del año pasado tuvimos 82 unidades nuevas. Eso nunca había ocurrido, excepto al principio, cuando los profesores comenzaron a organizarse. Juntos podemos lograr lo imposible.
Sara Nelson: La gente está harta, va por el camino equivocado desde 1981, cuando Reagan despidió a los controladores de tráfico aéreo e hizo que la palabra “huelga” se convirtiera en una grosería. También envió una señal a la élite empresarial de que era temporada de caza de sindicatos. Luego los acuerdos comerciales enviaron muchos empleos sindicales al extranjero. Al mismo tiempo, la desregulación de Wall Street desvió el foco de la inversión en empresas y en la fuerza laboral hacia la extracción de la mayor cantidad de utilidades posible, lo más rápido posible, a través de herramientas como la recompra de acciones. Entonces, la creciente desigualdad nos pone en camino de que los trabajadores tengan que contraatacar.
Foroohar: Me fascinaron las huelgas de Hollywood porque fueron como, oh, van por la propiedad intelectual. Van por la inteligencia artificial.
Shuler: Como dijo Randi, esta noción de que debes ser dueño de tu propia imagen, que la tecnología no deber escapar de nosotros. El contrato es, de nuevo, la herramienta. El sindicato te da el poder de sentarte a negociar con estas enormes corporaciones que ganan miles de millones de dólares. Creo que fue un gran ejemplo de que, francamente, nadie había oído habl arde laIA en la corriente principalhasta el Sindicato de Escritores.
Weingarten: Es un tema enorme, pero quiero dar un paso atrás. Una de las cosas que creo que (define) la dinámica de poder en EU, y esto se aplica tanto a republicanos como a demócratas —con la excepción de Joe Biden— es que las caricaturas sobre los líderes sindicales son erróneas. Nuestros miembros comprenden su trabajo. Y serían mucho más eficaces que los directivos a la hora de mejorar el trabajo. Foroohar: Básicamente, están hablando de la práctica comercial diaria en otros países. Existe una gran cantidad de investigaciones que muestran que la competitividad y la innovación en lugares como Alemania o Japón están vinculadas a que los trabajadores tengan más influencia en el gobierno corporativo. Entonces, ¿cómo podemos llegar a eso en Estados Unidos? Nelson: Cuando se habla de tecnología, te tienes que preguntar: ¿ayudará a la humanidad o la controlará? Y los sindicatos siempre estarán del lado de ¿cómo usamos esto para ayudar a la humanidad? Weingarten: Quiero decir, piensa en los dos países de los que acabas de hablar: Japón y Alemania. Después de la Segunda Guerra Mundial, casi quedaron abatidos por lo que sus líderes les habían hecho. Ahora piensa en nuestra historia, en Reagan contra Franklin D. Roosevelt. Este es un país que siempre ha luchado entre el individualismo y el bien común. Nuestratarea no solo es la tecnología o el
medio ambiente, también si las personas tienen una vida mejor.
Shuler: También existe un sistema de diálogo social en el extranjero que aquí no hay, en el que los trabajadores y los directivos se escuchan mutuamente y buscan maneras de conseguir que los trabajadores se expresen yrecibanr et ro alimentación antes de una crisis. Eso no existe en EU. Tenemos un sistema muy conflictivo, donde las empresas consideran a los sindicatos como una amenaza y a los trabajadores que se unen de manera colectiva como un freno a su capacidad de obtener utilidades corporativas sin control.
Puedes optar por seguir el antiguo modelo, en el que haces todo lo posible para luchar contra los sindicatos, o puedes aprender lecciones de empresas como Ford y Microsoft. Microsoft dijo: “¿saben qué? Si esto es lo que los trabajadores quieren y nos va a beneficiar con una fuerza laboral más comprometida, y feliz, todos ganaremos; seremos neutrales en una campaña para organizarse”. Y eso es lo que pasó.
Cummings: Así ocurre con (el fabricante de video juegos) ZeniMax,p ro piedad de Microsoft. Tenemos un acuerdo de neutra
lidad con ellos. Y en este momento se están dando negociaciones en ZeniMax. La negociación es una oportunidad para que nuestros trabajadores puedan opinar sobre cómo se implementa la IA en el lugar de trabajo.
Nelson: La negociación colectiva es solucionar problemas. Las empresas que tienen que participar en eso, por lo general, obtienen mejores resultados, porque tuvieron que pensar detenidamente las cosas con los trabajadores en la mesa. Y se toman dos grupos que quieren cosas diferentes, pero en la negociación colectiva tienen que unirse y se tienen que solucionar los problemas. Y si tuviéramos ese tipo de pensamiento en más lugares en todo EU, pensemos en lo diferente que sería nuestra política.
Weingarten: Eso es algo así como los sindicatos 2.0 en este momento. Básicamente son los jóvenes los que quieren organizarse y tener algo de poder, pero es para lo que quieren, para una vida mejor. No quieren destruir sus vidas como estadunidenses. Quieren poder para una vida mejor. Y eso es parte de lo que trata el nuevo movimiento sindical estadunidense.
Foroohar: Volviendo a la idea de que la mayoría de la gente apoya a los sindicatos, pero la afiliación sigue baja. ¿Cuál es una herramienta poderosa que planea implementar este año para elevarla?
Shuler: Un enfoque sectorial para la organización, que reúne a varios sindicatos en una industria. Que en realidad estamos actuando en solidaridad unos con otros y uniendo nuestros recursos y nuestras estrategias para asegurarnos de que tengamos la mayor oportunidad para los trabajadores que necesitan mejores salarios y vías hacia la clase media.
Cummings: Decimos que somos un sindicato, pero a veces no actuamos como tal. Lo que estoy haciendo es tratar de unir a los trabajadores automotrices y asegurarme de que en cualquier lugardonde tengamos una lucha todo el país esté involucrado.
Weingarten: Apoyarse unos a otros y hablar entre nosotros. Y esa voluntad y compromiso básicos. Organización relacional. Caos versus comunidad.
Nelson: Tengo que terminar con Mother Jones. Dijo que los capitalistas dicen que no hay necesidad de organización de los trabajadores, excepto el hecho de que ellos mismos continuamente
_ se están organizando. Hablan de que pueden ser feroces competidores en la industria aérea, pero también entienden que una mayor estabilidad es mejor para ellos.