¿Merece sobrevivir la humanidad?
Desde Tailandia en el set de la próxima gran serie de ciencia ficción que está produciendo Disney (Alien) nos hemos descubierto, junto con un grupo de compañeros del mundo entero, haciendo constantemente la siguiente pregunta: ¿en serio la humanidad merece sobrevivir?
Es lo mágico de la ciencia ficción cuando se hace tan bien, ¿saben? Su capacidad de hacernos cuestionar lo más primordial de nuestros instintos y ayudarnos a ser más humildes en cuanto a lo que nuestro existir implica para los demás. A veces hay que dejar la Tierra para vernos más claro.
Lo mismo pasa con los libros de Cixin Lui, el primero de ellos: El problema de los tres cuerpos (ya con dos series de televisión hechas al respecto), cuando nos adentramos bien en la historia. ¿De qué somos capaces con tal de tener el privilegio de no ser los primeros aniquilados por una fuerza externa? Y peor aún: aniquilados por nosotros mismos. ¿Suena familiar? No hay que toparnos con vida de otra galaxia para reconocer esto en nosotros.
Esa es la enorme diferencia entre la literatura y las grandes producciones de este género, a las simples historias de acción y persecuciones o intriga: la perspectiva. La capacidad de vernos a nosotros mismos como otros entes lo harían. Ya sean aliens, inteligencia artificial o lo que se les ocurra. En el momento en el que realmente entendemos que nosotros somos esos “extraños enemigos” de las demás especies con las que sí tenemos contacto, algo cambia para siempre. Si uno lo quiere ver realmente es muy difícil suprimirlo después.
Eso, irónicamente, se llama “humanidad”, aunque la verdad
_ es que con esta perspectiva pareciera que el significado de la palabra es exactamente lo contrario a como lo entendemos. Bendito arte que nos deja ver con ese otro lente las cosas.