Muy Interesante Junior (México)
¡LAS CRÍAS!
¿Has oído esa maravillosa y paradójica pregunta: “¿Qué fue primero: la gallina o el huevo?”. Bien, pues también podrías preguntar: “¿Qué fue primero: el lagarto o el huevo?”. Muy al principio te hablamos de los amniotas –los antepasados de las aves y los reptiles– y te dijimos que su éxito evolutivo se debió a los huevos que hasta hoy ponen. Verás: los anfibios (antepasados de todos los animales terrestres) ponen huevos “blanditos” que requieren mucha humedad para que el embrión se desarrolle. Pero los huevos de los amniotas evolucionaron con tres membranas adicionales que no son parte del cuerpo del embrión (corión, alantoides y amnios) y proveen un medio acuático DENTRO del huevo, que por lo tanto puede ser puesto en un lugar muy seco, dándole a reptiles y aves la capacidad de no vivir junto a cuerpos de agua y en medios más áridos.
Básicamente, puedes decir que el huevo amniótico (así se llama) es la característica que define a los amniotas. Y la que les permitió conquistar al mundo.
En esta sección de la edición anterior hablamos de gallos y gallinas. Si la tienes, corre por ella para que leas de nuevo cómo son sus huevos porque así son básicamente los huevos de los lagartos. Y por si no la tienes (¿es en serio?), aquí te va una refrescadita:
Albúmina
Es la “clara”. Provee al embrión de agua y proteínas.
Cascarón o cáscara Duro para proteger al embrión durante su desarrollo, pero permeable para permitir el paso de oxígeno y dióxido de carbono.
Amnios o saco amniótico Membrana resistente dentro de la cual se desarrolla el embrión y ayuda a su hidratación.
Yema: Es la principal fuente de nutrientes del embrión.
Alantoides Membrana que permite la respiración del embrión y es el depósito de ácido úrico.