Muy Interesante (México)

Satán: exorcismos

La tradición cristiana dice que el diablo es una entidad capaz de introducir­se en el cuerpo. Pero ¿por qué sólo ocurre con ciertas personas?

- Por Guadalupe Alemán Lascurain

Y les dio poder para que tuvieran la autoridad de expulsar demonios…

Marcos, 3:15

Regan MacNeil, de 12 años de edad, se incorpora violentame­nte sobre su cama mientras un sacerdote le grita: “Por la señal de la cruz de nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina con el Padre y el Espíritu Santo”. De pronto, la cabeza de Regan gira 180 grados. Los ojos desencajad­os de la niña poseída miran fijamente al cura y toda la habitación comienza a temblar… aunque no tanto como los espectador­es del filme. Los fans del género sabrán que me refiero a El exorcista, la famosa película de terror dirigida por William Friedkin en 1973 y basada en la novela de William Peter Blatty. Gran parte de su efectivida­d radica en que supuestame­nte está “basada en hechos reales”. Pero ¿qué dice la ciencia al respecto?

Cuestión de fe

La palabra exorcismo proviene del griego antiguo exorkismos, literalmen­te: “obligar mediante juramento” o “conjurar”. Según el Diccionari­o de la Real Academia Española, significa “conjuro contra el demonio”. Aunque diversas culturas practican exorcismos (por ejemplo, entre las comunidade­s zulúes de Sudáfrica es muy importante el Sangoma, un hechicero encargado de expulsar a los espíritus malignos que provocan enfermedad­es), en Occidente resulta casi inevitable asociar la práctica del exorcismo con la Iglesia católica. Para los católicos, el diablo es un dogma de fe: una verdad que están obligados a creer porque se apoya en la autoridad divina. Pero el dogma no se refiere a un diablo metafórico o a una filosófica “ausencia del bien”, no: se trata de Lucifer y de sus secuaces. La Iglesia Católica, Apostólica y Romana reconoce los exorcismos y los considera potestad suya. El Nuevo Testamento menciona más de veinte veces la posesión o la expulsión de los demonios.

He aquí la definición que da el Catecismo de la Iglesia católica al término exorcismo: “Cuando la Iglesia pide públicamen­te y con autoridad, en nombre de Jesucristo, que una persona o un objeto sea protegido contra las acechanzas del maligno y sustraída a su dominio”. De acuerdo con la misma fuente, existen dos tipos de exorcismos. El primero, llamado “exorcismo simple”, es el que se reza durante el rito del bautismo. (Quien haya asistido a un bautizo católico podrá recordar que, en un momento dado, el ministro pregunta a los padres y padrinos del niño: “¿Renuncian a Satanás, padre y origen del pecado?”). El segundo es el exorcismo solemne, que sólo puede ser celebrado por un sacerdote con permiso del obispo. El Vaticano puede otorgar formalment­e a un sacerdote el oficio de exorcista.

¿A quién vas a llamar?

Uno de los exorcistas más famosos del mundo es el padre Gabriele Amorth, fundador de la AIE o Asociación Internacio­nal de Exorcistas (que cuenta con uno 250 afiliados en 30 países) y autor de varios libros, entre ellos Un exorcista cuenta su historia y Más fuertes que el mal. En marzo de 2010, cuando tenía 85 años de edad, Amorth declaró que había realizado alrededor de 70,000 exorcismos a lo largo de su carrera, lo cual implica un promedio de diez exorcismos al día. “Soy el único exorcista que trabaja siete días a la semana, desde la mañana hasta la tarde, incluidas Nochebuena y Semana Santa”, declaró el padre al diario español La razón. Amorth ha estado varias veces en el ojo público por hacer declaracio­nes polémicas como: “Hitler y Stalin estuvieron poseídos

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