Quimerasaurios al ataque
Desde que el primero fue encontrado, los fósiles de animales prehistóricos han fascinado a la gente. Pero la imagen visual que tenemos de ellos ha cambiado con el paso del tiempo. Basta recordar que no hace mucho se planteó que varias especies de dinosaurios estaban cubiertas de plumas, y que además presentaban una gran variedad de colores. Es decir, cada año se descubren evidencias que modifican nuestra noción sobre el aspecto de los animales que rondaban la Tierra antes de la llegada del hombre.
En el sureste de China, por ejemplo, fue descubierto un fósil de Dinocephalosaurus, dinosaurio acuático –arcosaurioamorfo, criatura con un largo cuello, pariente remoto de los cocodrilos– que vivió hace 250 millones de años, el cual ha roto todos los paradigmas posibles: la criatura tiene un embrión en la zona del vientre. Si bien se sabe que los reptiles gigantes eran ovíparos, entre lagartos y serpientes modernos a veces se han dado casos en que los huevos ‘empollen’ en la madre y
la cría emerge sin el cascarón. Este hallazgo único en su tipo abre una nueva ventana en la historia de la evolución reproductiva de las especies que probablemente dieron origen a los pájaros modernos. Todavía se necesita encontrar más evidencia al respecto para sacar conclusiones. En el otro lado del mundo, en Sudáfrica, se halló el fósil de un Euchambersia, animal del orden de los sinápsidos, ‘reptiles mamiferoides’, criaturas predecesoras de los mamíferos modernos. Lo peculiar de este ejemplar que vivió hace 260 millones de años, es que al realizar un análisis de su cráneo con tomografía computarizada, se observó justo detrás de sus dientes caninos, en la mandíbula superior, una profunda cavidad donde presuntamente podía segregar veneno. Esto abre el debate: ¿un mamífero que inyectaba veneno? Tal vez las condiciones tan adversas que enfrentó este animal de unos 50 centímetros de largo hicieron que la ruta evolutiva lo orillara a desarrollar esta peculiar arma defensiva. Todavía hay mucho que desconocemos de los animales prehistóricos, así que no deberá extrañarnos recibir bastantes datos sorprendentes en el futuro. Fuentes: uq.edu.au; wits.ac.za