Ataque preciso
Como si fueran un batallón que va a la guerra, virus genéticamente modificados se encargan de combatir a un solo enemigo: las células tumorales. Estos diminutos guerreros son adenovirus, una familia de virus que pueden provocar infecciones en vías respiratorias o urinarias, conjuntivitis o gastroenteritis, pero también tienen características que los hacen idóneos para usarlos en terapias selectivas para eliminar células cancerosas y, a la vez preservar los tejidos sanos.
Para crear este frente de batalla, científicos del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer y del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona, España, modificaron el genoma del virus e insertaron secuencias que reconocen a un tipo de proteínas llamadas CPEB, las cuales en condiciones normales mantienen la capacidad de reparación de los tejidos, pero cuando se desbalancean contribuyen al desarrollo de procesos patológicos como el cáncer.
El virus ‘en combate’ ataca a las células con niveles altos de CPEB4 (proteína necesaria para el crecimiento de tumores) y bajos de CPEB1 (que se pierde en el tejido tumoral), ignorando a las células sanas. Los estudios en laboratorio comprobaron la efectividad de los virus en modelos de cáncer de páncreas y observaron un control del crecimiento del tumor en modelos de ratón.
En los últimos años se han creado virus mediante ingeniería genética para que su efecto anticancerígeno sea más poderoso; pero conforme la potencia del virus aumenta, también lo hace su toxicidad. La clave para aplicar este tipo de terapias es limitar este último efecto sobre las células sanas, lo que se está logrando con los nuevos descubrimientos.