Ciudades subterráneas
Las profundidades tienen sus inconvenientes, pero también sus ventajas; el frío, el calor, la miseria o la amenaza de las bombas estimuló la creación de ciudades en el subsuelo.
Las más increíbles urbes que han sido construidas en el subsuelo.
El mundo subterráneo siempre ha sido un foco de fascinación y misterio. Desde los mitos griegos del inframundo hasta las fantasías de Julio Verne y su épico Viaje al centro de la Tierra, nuestra imaginación siempre ha tendido a perforar el suelo en pos de lo desconocido. Pero en ocasiones la necesidad, la inercia de la Historia o simplemente el deseo de replicar en el subsuelo el mundo de la superficie ha convertido la quimera en realidad.
Desde hace siglo y medio el hombre viaja a diario en sofisticadas redes de transporte bajo el suelo –el metro de Londres fue inaugurado en 1863–, pero una cosa es estar de paso y otra descender para quedarse, para instalarse allí lejos del mundanal ruido de la superficie. En ocasiones han sido los marginados de la sociedad los que han tendido a buscar refugio en esta zona, en busca de anonimato y protección; otras han sido los rigores de un clima insoportable el estímulo necesario para proyectar túneles, barrios o incluso ciudades enteras a muchos metros de profundidad. Otras veces ha sido el terror de una amenaza militar el motivo de la huida hacia abajo. En cualquier caso el hombre no conoce obstáculos. Majestuosas e imponentes obras de ingeniería, la mayoría de las ciudades subterráneas existentes, algunas de ellas aún habitadas, siguen siendo grandes desconocidas.
La ciudad secreta de Mao
Situada a una profundidad de entre 8 y 18 metros bajo las calles de Beijing aproximadamente, Dixia Cheng es el secreto mejor guardado de la capital de China. Si bien un pequeño tramo de no más de medio kilómetro está habilitado para las visitas turísticas, hablamos de un complejo de más de 83 kilómetros cuadrados con no menos de 90 puertas de acceso, estratégicamente situadas en tiendas y viviendas de destacados personajes del mundo políticoeconómico, casi todo él oculto por expreso deseo del gobierno chino a ojos del curioso. Y es que en origen Dixia Cheng fue un proyecto concebido en el más absoluto secreto.
Con la tensión creciente en las relaciones chino-soviéticas a finales de los años 60 como telón de fondo político, Mao Zedong decidió cubrirse las espaldas. Temeroso de un posible y devastador ataque de sus vecinos soviéticos, el líder chino