Eco y el Internet
Umberto Eco fue muy crítico del Internet, aunque nunca dudó en usarlo. Aceptaba la utilidad de la Wikipedia, sin embargo pedía cautela a los usuarios debido a las imprecisiones que pudiera haber en sus artículos. Escribió un ensayo titulado “Tuiteo, luego existo”, donde alertaba sobre el peligro de darle voz a cualquiera. “Twitter es como el sportbar de cualquier pueblo o suburbio. Habla el tonto del pueblo, el pequeño terrateniente que cree que lo persigue Hacienda (...) De modo que el cielo de Internet lo surcan opiniones irrelevantes”. Se burlaba de cómo la gente cree todo lo que se publica en Internet. Eco no tenía cuentas de Twitter o Facebook, aunque había varias apócrifas, y ponía como ejemplo la ocasión en que una mujer le dijo que lo leía en Twitter: cuando él le respondió que era una cuenta falsa, la mujer no le creyó y mantuvo comunicación con el impostor sin importar si era o no el verdadero Umberto Eco.