Entre la tele y el laboratorio
La ex estrella infantil Mayim Bialik obtuvo un doctorado en neurociencia y volvió a la actuación con The Big Bang Theory, donde hace de científica. Esto le dio una visión única del rol de la mujer en los campos de CTIM.
Neil deGrasse Tyson: Durante tu niñez, ¿hubo algunas influencias científicas?
Mayim Bialik: Hubo pocas. En la secundaria tuve un maestro de física muy excéntrico que a veces se quedaba dormido mientras nos mostraba diapositivas, pero era un físico brillante. Fui a una escuela muy inusual: la serie de comedia de la década de los ochenta, Head of the Class, sobre un grupo de niños muy inteligentes y precoces, de hecho se basó en la escuela a la que asistí. Luego de la secundaria tuve tutores en el set, porque estuve en el programa Blossom desde los 14 hasta los 19 años.
NT: No estabas “en el programa”, tú eras
Blossom, para aclararlo. MB: Eh, sí. Ok [ríe]. En la secundaria no tenía una afinidad natural por las matemáticas y la ciencia; todos los muchachos en mis clases trabajaban más rápido que yo, así que solo asumí que no debía ser buena para eso. En realidad no entendí la belleza de la ciencia y las matemáticas, y de todo este mundo, sino hasta la preparatoria, cuando una mujer, quien fue mi tutora de biología, me dio la confianza para ser científica. Y, después de eso, perseguirlo en la universidad fue muy fácil.
NT: Esto me entristece. Que solo una persona tuvo en ti una influencia de vida, pero ¿a cuántos estudiantes les falta esa persona?
MB: La primera respuesta es a muchas niñas. Esto se debe a una diferencia histórica en la representación de las mujeres en los campos de CTIM [ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas] y, con probabilidad, a un sesgo cultural por parte de los maestros y administradores. Pienso que ha habido un cambio en la educación desde que estuve en la escuela, en las décadas de los setenta y ochenta, pero entonces era como preguntar: “¿Qué, no eres bueno en ‘mate’ de manera natural? Mejor prueba con la literatura. ¿Ya leíste los clásicos?”.
NT: Hay personas que presuponen que, a menos que algo se les dé fácilmente, no deben perseguirlo como carrera, sin notar
que algunos de los grandes logros que obtendrás suceden porque trabajaste duro para alcanzar ese punto.
MB: Sí. De no haber ido a la universidad quizá me hubiera quedado en la actuación y sería feliz con eso. Pero me encantó ir a la Universidad de California en Los Ángeles y tener un reto académico. Adoré hacer investigación con adolescentes con necesidades especiales (en eso pasé siete años de mi vida). Fue emocionante obtener mi doctorado. Pero, en términos de tiempo para criar a mis dos hijos, la vida flexible de un actor era mejor que las largas horas de un investigador. NT: Adelantándonos a 2010 y The Big Bang Theory. ¿Quién hubiera adivinado cuán popular se volvería esta serie? MB: ¡Yo no! Nunca la pude imaginar antes de audicionar. NT: En la serie interpretas a la doctora Amy Farrah Fowler, una neurocientífica. MB: De hecho es neurobióloga, pero llego a mencionar cosas de neurociencia.
NT: ¿Qué tanto de tu personalidad profesional le imprimes a tu personaje?
MB: Ya que el trabajo de un actor es presentar un personaje, incluso si nunca has estado en esa profesión, supongo que tengo el trabajo más fácil. No necesito esforzarme tanto.
NT: Intento imaginar a quien les propones la idea del programa, a los ejecutivos de la cadena: “Tenemos a seis científicos, y ellos hablan, pero tú no sabrás a qué se refieren, y harán bromas y se reirán, pero no te las van a explicar”. Pienso que fue una comedia accesible porque nadie había abordado el tema antes.
MB: Los programas con los que crecí se trataban de personas atractivas y de quién tenía relaciones sexuales con quién en cuál semana. Nuestra serie se trata de personas que ven esos programas.
NT: ¿Podría alguna vez haber un espacio en la serie para un personaje femenino que sea más sexual, pero también una científica en todo sentido?
MB: Hubo un episodio en el que el personaje Bernadette, una microbióloga, posa para una sesión fotográfica de la “científica sexi” y Amy tiene un gran problema con ello.
NT: Recuerdo ese episodio. Tu personaje, Amy, sabotea la sesión fotográfica.
MB: Correcto. Cuando promuevo las carreras de CTIM entre mujeres jóvenes, me suelen preguntar qué pienso sobre la camisa blanca abierta con un sostén negro debajo (el estereotipo de una científica sexi). Yo no critico a las mujeres o científicas que quieran hacer eso. Para mí, no es la manera que elegí para retratar a las mujeres en la ciencia. No pienso que sea la única manera de crear interés. Podría ser el único modo de hacer que cierta población de hombres se interese en las mujeres de ciencia…, pero para mí no es una meta personal impulsar esa noción acerca de las científicas.
Parte de mi promoción busca poner un rostro fresco, positivo y femenino en estos temas. Pienso que muchas mujeres no conocen las carreras disponibles para ellas. Quizá piensen lo mismo que yo cuando estaba en la escuela primaria y secundaria: no quiero estar sola en un laboratorio por el resto de mi vida, con una bata aburrida y unos lentes feos.
Pero luego lo entendí. La biología marina, trabajar con animales y el medio ambiente, es ciencia. ¿Te gusta la ingeniería? ¿Quieres hacer codificación? Dedícate a ello. Hay muchas carreras de CTIM que involucran variedad y creatividad. Y eso es lo que necesitamos comunicarles a las niñas lo más pronto posible. NT: ¡Eso fue increíble! Es como tener el programa completo justo ahí. MB: Gracias. Y ni siquiera tuve que quitarme la ropa para hacerlo.