ELLA SE APAREA, ÉL INCUBA
¿Qué clase de padre se queda en casa con los niños mientras la madre sale a aparearse? Un jacana, aun cuando sabe que lo engañan y la descendencia que cuida podría no ser suya.
Varias especies del género Jacana se encuentran entre los casos de reversión más extremos en cuanto al rol sexual, asegura Peter Wrege, ecólogo conductual de la Universidad Cornell. Una hembra reúne un harén de hasta cinco machos. En un lapso de casi una semana, ella pone cuatro huevos en el nido de un macho mientras continúa apareándose con él y otros: “tanto como 65 apareamientos por nidada”, añade Wrege.
Incluso entre las aves monógamas, una hembra podría “escabullirse para copular con otro”, comenta. Pero, como observaron Wrege y su colega Stephen Emlen durante años de investigación, la infidelidad de la jacana hembra es pública y frecuente. Para ver cómo afecta la paternidad de la descendencia, rastrearon docenas de aves que pusieron huevos, tomaron muestras de sangre y realizaron pruebas de ADN.
Los científicos concluyeron que por cada jacana macho con una pareja promiscua, “el riesgo de cuidar crías ajenas es de hasta 75%”. En otras palabras, él la ha visto apareándose con otros y, aun así, incuba y cría polluelos que con probabilidad no serán todos suyos.
¿Por qué hacen esto? “Básicamente, están atrapados”, opina Wrege. Buscar a una hembra menos promiscua tomaría tiempo, el cual emplean mejor en cuidar las crías. Así, aunque terminen con los hijos de otros machos, alcanzan el imperativo biológico de tener los propios.