UN REFERENTE
La carrera de Alejandro Aravena es una de las más respetadas a nivel Latinoamérica. Ha recibido galardones internacionales como el León de Plata de la Bienal de Venecia (2008), el Marcus (2010) y la medalla Erich Schelling (2006), tres de los más importantes premios del mundo. Entre sus libros se encuentran Loshechosdelaarquitectura, Ellugardelaarquitectura y Materialdearquitectura. Sobre la vivienda publicó el Manual de Vivienda Incrementalydiseñoparticipativo, escrito junto con el arquitecto Andrés Lacobelli, y publicado en 2012.
concibe el arquitecto. Por ello, explica que el modelo que se busca es “una vivienda a la altura de lo que una familia de clase media es capaz de sustentar”.
El arquitecto reconoce que los parámetros dependen del contexto donde se generan. Refiere que en términos generales el estándar europeo es de 80 m2 por familia, y en América Latina, a causa de la falta de recursos de los Estados para subsidios, se reduce a 30 o 40 m2.
“Nuestra solución no es const ruir una casa completa con la mitad de los recursos, lo cual generaría una vivienda de baja calidad, sino construir sólo la mitad de una casa buena y permitir que la familia construya el resto a lo largo del tiempo”.
Cuando Aravena le preguntó a los beneficiarios de los créditos habitacionales qué tipo de vivienda querían, la respuesta unánime fue: una casa individual y familiar, según el modelo clásico.
Un problema social
Aravena se refiere al proceso de migración en todo el mundo: “Va a estar presente, ya sea que el Estado quiera intervenir o no”, por lo que se van a construir viviendas precarias en lugares no deseados, entonces “necesitamos que la vivienda social sea para una familia la oportunidad de abandonar la pobreza”.
Para el chileno, la localización es lo que más influye: “Es necesario que la vivienda social se ubique en un buen lugar”. Otra solución es hacer lo más costoso de la construcción al principio, como las instalaciones básicas y la estructura, y “dejar lo demás pendiente para que la propia familia lo vaya resolviendo”.
Paradójicamente este arquitecto preocupado por la vivienda, y casado con una arquitecta brasileña, no tiene una casa propia, pues asegura preferir la comodidad de una vivienda cerca de su lugar de
“La arquitectura debe involucrarse en las necesidades de las personas y ayudarles a mejorar su vida”.