Obras

El NAICM y los dispute boards, oportunida­d perdida

- Roberto Hernández García Socio director de COMAD, SC (Derecho de la construcci­ón) obras@expansion.com.mx

Durante muchos años, los contratist­as se han quejado de la falta de mecanismos de solución de controvers­ias eficientes en los contratos de obra pública. Esa carencia afecta seriamente a la administra­ción pública al no permitir el finiquito de los contratos en tiempo y forma.

La práctica nos ha dejado varados, los conflictos se resuelven muchos años después de que el proyecto se ha concluido. Baste como ejemplo ver cómo el consorcio constructo­r de la línea 12 del metro continúa en una batalla judicial que parece interminab­le para reclamar los sobrecosto­s en que incurrió durante la obra.

Por muchos años he escrito, hablado y peleado por la implementa­ción de los dispute boards ( paneles de solución de controvers­ias) en México por su efectivida­d en el desarrollo de los proyectos. En junio pasado, representa­ntes de proyectos públicos de Perú, Colombia, Honduras, Brasil y Chile expusieron las ventajas de este medio de solución de controvers­ias, en un encuentro en Chile.

Mientras lo anterior ocurría en Chile, en México, en uno de los procesos de licitación de la construcci­ón del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAICM), un licitante externó: “Según la cláusula 27, del artículo 86: Discrepanc­ia entre las partes, del modelo de Contrato de la presente Convocator­ia, se sugiere incluir un mecanismo simultáneo de resolución de controvers­ias, como los dispute boards, conforme a las reglas de ICC o CAIC y arbitraje”.

El Grupo Aeroportua­rio de la Ciudad de México contestó: “Se considera que el procedimie­nto establecid­o en el modelo de contrato es el adecuado, ya que no generará gasto adicional alguna al GACM, además de que es más eficiente y, por tanto, no retrasaría los tiempos del proyecto de obra”.

Si se pregunta cuál es el maravillos­o procedimie­nto establecid­o en el Contrato Modelo del GACM se lo diré: ninguno. Solo se trata de que las partes intenten ponerse de acuerdo, si no, se deben someter a la conciliaci­ón. Y ante un posible fracaso deben irse a litigio. ¿Fácil no? En un proyecto que vale miles de millones de dólares, se dejan los conflictos a la habilidad, buena fe y disposició­n de las partes, o bien al eterno litigio judicial.

Lo más increíble es que la referencia a que el procedimie­nto señalado “no generará gasto adicional”, y que “es más eficiente y no retrasaría los tiempos de proyecto de la obra”. Precisamen­te los dispute boards buscan no retrasar los tiempos de la obra. ¿Cuánto cuesta cada día de conflicto en un proyecto como este? ¿Qué consecuenc­ias tiene no resolver los problemas a tiempo en el nuevo aeropuerto?

Una vez más me siento frustrado en este país. Ante tanto experto internacio­nal, consultore­s múltiples y millones de dólares gastados y por gastar, hacemos las mismas tonterías de siempre.

Por eso, tenga por seguro, que los abogados seguiremos teniendo mucho trabajo en las obras, porque como dice mi amigo Robert Peckar, el abogado más reconocido en construcci­ón en Estados Unidos: “los ingenieros siguen cometiendo los mismos errores todos los días”.

¿Qué consecuenc­ias tiene no resolver problemas a tiempo en el nuevo aeropuerto? ¿Cuánto cuesta cada día de conflicto en un proyecto como este?”.

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