La receta de la abuela
Aunque actualmente exista más efervescencia que nunca por buscar materiales y soluciones más eficientes, amigables con el ambiente y tecnológicamente innovadores para la construcción, las marcas de proveeduría de insumos, materiales y servicios para esta industria ven con desánimo el poco apetito en la demanda por sus innovaciones.
La paradoja no es casual. Durante la recién concluida reunión Hábitat III de la ONU en Quito, Ecuador, uno de los clamores más reiterados fue el llamado a combatir la especulación que rige al mercado inmobiliario en prácticamente todo el planeta, pero con mayor voracidad en las megaurbes como Nueva York, Londres, París, y por supuesto en las megalópolis latinoamericanas como São Paulo, Ciudad de México, Monterrey, Buenos Aires y otras, donde la escasez de terrenos sube con creces el valor de la tierra, más aún cuando las políticas públicas buscan opciones como la verticalización, el repoblamiento de los centros urbanos y la gentrificación.
En aras de maximizar el valor de un terreno, las empresas desarrolladoras y constructoras prefieren no arriesgar a la innovación por seguir las ortodoxias financieras ( las recetas de la abuela) que les reporten mayores utilidades, con un desplazamiento más rápido y mayor revolvencia, conformando un ciclo del dinero también más demandante. En esta ecuación financiera la variable ausente es, por lo general, la calidad de vida, el bienestar, confort, y derecho de habitabilidad de los usuarios.
Para este Informe de Proveedores, decidimos cambiar la metodología en busca de resultados más certeros sobre cuáles son las empresas que desarrollan productos que de forma efectiva innovan para ayudar a los constructores a lograr proyectos más eficientes y con mejor calidad, aun cuando eso significa cambiar los procesos o hacer de forma diferente las cosas (nueva tecnología, en su amplio sentido).
A nuestros lectores calificados les preguntamos en qué empresas han logrado influir de forma positiva y generado un cambio revolucionario en su labor de desarrollo y construcción de proyectos, no tanto por la baja de sus precios (sin duda importante) sino por su nivel de calidad, de mejora en el impacto ambiental y su evolución tecnológica. La constante, sin duda, es que estamos ante una era de evolución donde los proveedores se pueden convertir, por medio de sus innovaciones, en la punta de lanza para el cambio de la industria. Preocupados por la rentabilidad de los accionistas, los desarrolladores y constructores poco se detienen a innovar, pero los proveedores que están en busca de generar mayores ventajas comparativas y competitivas para el mercado sí están logrando cambios. Los invitamos a conocer los resultados en los listados y el informe que presentamos en nuestro artículo de portada. Esperamos que lo disfrute.