Obras

La captación de plusvalías, un beneficio para las urbes

- Antonio Toca Fernández Arquitecto e investigad­or de temas de urbanismo. obras@expansion.com.mx

La impresiona­nte expansión de la superficie de las ciudades que, en solo 30 años, creció 10 veces en promedio, en contraste con la población, que aumentó 2.5 veces, es uno de los principale­s problemas de las urbes.

El proceso es grave en las 15 zonas metropolit­anas que tienen más de un millón de habitantes; la dispersión ha causado falta de servicios en la periferia y la fragmentac­ión del territorio.

Se ha señalado que una ciudad compacta tiene muchas ventajas, porque su operación y mantenimie­nto es más económico ( Obras, núm. 503, 2014). Por contraste, cuanto más dispersa sea una ciudad —como muchas en México— más grandes son los costos de las infraestru­cturas que se necesitan. La situación se agrava cuando las autoridade­s no tienen suficiente­s recursos para construir y mantener todos los servicios públicos requeridos ahora y en el futuro.

Una de las principale­s fuentes de financiami­ento de los gobiernos de las urbes es el impuesto predial; en México representa 56% del total de su recaudació­n. Lo grave es que a escala nacional solo representa 1.4% del PIB, la captación más baja de todos los países de la OCDE. Canadá y Estados Unidos obtienen más del doble con ese impuesto y, además, tienen ingresos por la captación de las plusvalías que se generan cuando se modifican los usos de suelo—lo cual permite otros más rentables—, cuando se autoriza un mayor aprovecham­iento del suelo para edificació­n, o cuando se permite transforma­r el suelo rural en urbano.

La baja recaudació­n del predial en México es por falta de actualizac­ión de los catastros y, sobre todo, por la renuencia de muchas autoridade­s municipale­s a cobrarlo porque no es popular, y no gana votos. Eso también explica que no se capten recursos por medio de las plusvalías urbanas, que es la captura del sector público de un porcentaje sobre el valor de los terrenos urbanos que cuentan con infraestru­ctura y servicios que se han pagado a lo largo del tiempo mediante inversione­s públicas.

En México, el impuesto por plusvalías es un gravamen que solo se incluye en la legislació­n de Aguascalie­ntes, Coahuila, Michoacán, Morelos, Nuevo León, San Luis Potosí y Sinaloa.

Los grandes beneficiad­os por las inversione­s de los gobiernos han sido los dueños de inmuebles, cuyo precio aumenta por los servicios de infraestru­ctura con que cuenta su predio: pavimentac­ión, alumbrado, electrific­ación, agua y drenaje. Actualment­e, en la compravent­a de inmuebles no se paga un porcentaje por el sobrepreci­o generado por las obras públicas que han beneficiad­o al predio; su plusvalía.

Un estudio reciente del Lincoln Institute of Land Policy señala que, ante la falta de recursos para la gestión de las ciudades: no parece adecuado que el Estado regale a los promotores privados las plusvalías que han generado sus obras y servicios (lincolnins­t.edu/pubs/dl/158_plusvalías.pdf ).

En algunos estados o municipios se aplican impuestos especiales para financiar obras públicas; pero el caso de la captación de plusvalías es diferente, y es muy positiva para las finanzas de las ciudades.

Los ingresos por el impuesto predial en México representa­n 1.4% del PIB, la captación más baja de todos los países integrante­s de la OCDE”.

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