Renovación citadina
Arturo de la Rosa, presidente municipal de Los Cabos.
Destacó que después de haber empleado los drones, la recaudación creció entre 20 y 30 por ciento.
El proyecto recurrió a software de código abierto para la digitalización de la información, lo cual no requiere el pago de licencias, pues este formato se basa en programación abierta y colaborativa. El costo del proyecto de digitalización alcanzó los 55 millones de pesos.
El directivo explicó que, en México, el porcentaje que representa el impuesto predial en relación con el Producto Interno Bruto (PIB) es de 0.2%, mientras que en otras latitudes como Europa o Estados Unidos, equivale a incluso 3 puntos del PIB.
Aunque el proyecto se llevó a buen puerto, Audirac advierte que al replicar proyectos como estos se debe buscar la “resiliencia de los mismos, que tengan continuidad, a pesar del cambio de colores en el gobierno”.
De acuerdo con el directivo, para 2017 prevén replicar el mecanismo en el municipio de Guadalupe en Nuevo León, y están a la espera de poder llevarlo a todo el estado en Baja California Sur.
OLGA SAAVEDRA
La rehabilitación de espacios abandonados forma parte de la estrategia integral para contener la mancha urbana.
Para Louise David, coordinadora general de la Alianza para la Regeneración Urbana (ARU), al rehabilitar unidades habitacionales abandonadas, colonias intraurbanas deterioradas y vivienda social ya construida, también se frena la construcción de ciudades en la periferia.
Aclara que no se trata de renovar en el sentido tradicional del término, sino “hacerlo de manera integral, participativa, fomentando proyectos y darles seguimiento bajo un esquema metodológico y atendiendo a las necesidades de las ciudades y sus habitantes”. En 2004, el Florido, en Tijuana, contaba con 1,200 viviendas abandonadas que hoy, luego de su intervención, están de nuevo ocupadas por casi 70,000 personas. En 2010, las viviendas abandonadas representaban una pérdida millonaria, pues las casas se habían comprado en 380,000 pesos en 2004, y para 2011 valían únicamente 240,000. Desde que ARU trabaja en la zona, tienen un valor de 360,000 pesos.
Narra que al inicio fue un arduo trabajo que requirió ganar la confianza de los vecinos, quienes poco a poco se dieron cuenta del impacto de su participación para limpiar colectivamente los espacios: “eso ya cuenta como un cambio en la visión”.
Conformado en 2014 por organizaciones del sector inmobiliario como Provive, Softec, Centro Eure y Fundación Hogares, entre otros; ARU busca aportar y diseñar estrategias integrales de renovación urbana en el país.