Frontón México
Renace como un centro de entretenimiento, con su impecable estilo art déco y un tono rojo encendido.
Tras 20 años en desuso, con un consecuente deterioro, el ahora Frontón Centro de Entretenimiento recobra vida con su impecable estilo art déco y un tono rojo encendido en su fachada que lo hace sobresalir del gris predominante en las edificaciones aledañas en la colonia Tabacalera, en la Ciudad de México, incluido el Monumento a la Revolución.
El arquitecto José Moyao fue el responsable del rescate de este inmueble. La misión presentaba varios retos. Primero, asumir su valor patrimonial y trabajar de la mano del INBA y la Seduvi. Segundo, considerar que la inversión —estimada en 35 millones de dólares— exigía una propuesta que asegurara la rentabilidad del espacio. Y tercero, ser conscientes de que, al mismo tiempo, debería estar acorde a la normatividad y las necesidades del siglo XXI.
Con base en una investigación documental y una serie de calas, los especialistas involucrados lograron detectar el color original para restaurar la cantera y la cancelería de madera, la cual estaba podrida y fue sustituida con un PVC alemán que requiere menos mantenimiento y brinda la apariencia y textura original.
El hall se recreó con base en fotografías. Y el frontis, de piedra Chiluca color verde (muy dura para resistir la velocidad de la pelota vasca, que llega a alcanzar 250 km/ h), fue pintada de negro reforzando un sentido de elegancia.
La malla ciclónica, que protege al público, era fija y se cambió por una que funciona como un telón y puede subirse; mientras que las gradas de concreto se demolieron para sustituirlas por retráctiles, de tal manera que hay capacidad para 1,670 espectadores de frontón, con la flexibilidad de modificar la disposición de asientos para tener conciertos, pasarelas, presentaciones, bailes y otros eventos deportivos, con capacidad para 4,212 personas. Además, se incorporaron 17 suites, cada una con capacidad para 15 personas.
Rescatar un edificio con tanta antigüedad no es sencillo. Implicó hacer un reforzamiento estructural de elementos y armaduras metálicas sin alterar la imagen exterior.
Además, se adaptaron espacios para sistemas de aire acondicionado, detección de humo y protección contra incendios.
Ahora tiene equipamiento de accesibilidad y sanitario acorde a su nueva funcionalidad, así como cisternas con aditamentos para captar agua de lluvia y reciclarla.
Cuenta con diseño de isóptica, mecánica teatral y control de ruido. La estructura superior soporta 70 toneladas de equipo, lo que asegura versatilidad para diferentes producciones.
“Mantiene su presencia, pero ahora tiene la infraestructura y tecnología que requiere”, refiere José Moyao.