Diseño mexicano, factor sorpresa en Milán
La Semana del Diseño en Milán, Italia, bien podría considerarse como los Juegos Olímpicos para los creativos, reporteros y todos aquellos que viajan para ver sillas, floreros, instalaciones artísticas y proyectos experimentales que tocan el arte, la ciencia y el diseño.
Esta semana se ha convertido en un festival que permea por completo la ciudad con gran cantidad de eventos independientes y experimentales, exhibiciones de marcas y universidades, así como muestras de diseñadores consagrados y jóvenes de todo el mundo. Definitivamente un maratón para todos los asistentes.
En su más reicente edición algunas exposiciones de diseñadores conocidos (de ciertas naciones como Italia o Japón) generaron tanta expectativa que los visitantes tuvieron que esperar una o dos horas en fila para ver sus objetos o instalaciones. Es usual tener en agenda estas exposiciones como eventos a los que ‘hay que acudir’ solo por el nombre o nacionalidad del diseñador.
En lo que toca al diseño mexicano en Milán, éste fue diverso y amplio, reflejo de la complejidad misma de nuestro país. La pluralidad de lo que los diseñadores mostraron no se centró solo en formas o colores, sino que traspasó conceptos, tipologías e inclusive modelos de negocio.
Ahí se dieron cita desde empresarios que comercializaban luminarias y diseñadores que mostraban nuevos accesorios, hasta estudios de diseño ofreciendo desarrollo e investigación de materiales, tema que no es muy usual en el diseño.
El común denominador que compartimos fue la sorpresa de los asistentes ante nuestra propuesta mexicana, que se palpaba en los asistentes a los stands que veían, tocaban y escuchaban.
Definitivamente el factor sorpresa es algo que debemos utilizar a nuestro favor como industria creativa. Estar en el mayor evento del gremio a nivel mundial o, siguiendo con mi analogía, en los Olímpicos del Diseño, impulsa la superación y generación de desarrollo, innovación y competitividad.
Es necesario regresar el próximo año con más diseños, más desarrollos y más exhibiciones; sorprender a más personas, empresas y medios especializados; trabajar hasta que esa sorpresa se traduzca en una expectativa que genere filas de horas para ver a los diseñadores mexicanos.