Hincado de pilotes
Cada día se colocan entre 70 y 80 pilotes en el NAICM, con lo que se prevé concluir esta fase en septiembre próximo.
Sobre el subsuelo del antiguo lago de Texcoco, como si fueran las mil columnas del emplo de los Guerreros en Chichén-itzá, Yucatán, nace la cimentación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) compuesta por 7,101 pilotes que evitarán asentamientos diferenciales en un terreno que se hunde 35 cm al año.
Al cierre de esta edición, se habían colocado 2,500 pilotes, que representan un avance de 35% y corresponden al área de la torre de control, el edificio principal (terminal) y el centro de transporte terrestre.
Este sistema es la base de un diseño de cimentación compensada, que se complementa con una losa que une el centro de transporte terrestre con la terminal para asegurar que “trabajen de forma homogénea”, explica Ricardo Cetina, residente de Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México.
Casi 80% de los pilotes (5,546) se concentra en el área donde se ubicará la terminal; otro 15% (1,046) cubre la zona del centro de transporte terrestre y el 5% restante (492) está debajo de la torre de control.
Los pilotes son prefabricados en una sola pieza y pretensados. Su longitud se define en función de la profun- didad a la que se va a hincar, por lo que los utilizados en la terminal tienen 50 cm de ancho por 50 cm de largo, y en la torre de control 40 por 40 cm, con una resistencia de entre 30 y 40 toneladas por metro cuadrado.
La instalación de pilotes requiere una perforadora rotaria hidráulica, una grúa draga estructural y una piloteadora ( grúa con martillo), así como ocho personas.
Previo al hincado, se perfora 70% de la superficie del pilote y hasta una profundidad de 75% de la longitud de la pieza. Con la grúa draga estructural se eleva el pilote y con la ayuda de la piloteadora se posiciona dentro de una guía, que es una caja de metal hecha en obra.
El pilote hincado queda a una altura de 50 o 60 cm sobre el nivel del terreno natural. En este punto se coloca una cama de tezontle y una plantilla de concreto de 15 cm, sobre la que descansará la losa de cimentación integrada por secciones de 20 por 20 metros.
“Esta técnica de hincado fue elegida dado que los pilotes y la losa no van unidos y trabajan por fricción, y con otros métodos como el vibrohincado se rompería esa fricción”, refiere Andrés Rivera, gerente de Cimentación Profunda y Obra Marítima de Grupo Indi.