Obras

COLUMNAS

- Roberto Hernández

La bitácora de obra puede aprovechar­se para solucionar controvers­ias y lograr mejores prácticas.

He tenido la oportunida­d de participar legalmente en proyectos de construcci­ón desde hace más de 25 años y nada cambia. Los servidores públicos que representa­n a las entidades o dependenci­as contratant­es piden a los contratist­as que no escriban en la bitácora, que “no los ataquen” sin avisarles; que no redacten minutas que los comprometa­n y demás peticiones que supuestame­nte permitirán una tersa relación en el desarrollo del contrato respectivo.

Los contratist­as — quienes no son ninguna ‘pera en dulce’—, regularmen­te aceptan esas ‘ invitacion­es’, lo que deriva en no tener una memoria documental real, y depender de la voluntad de las partes (limpia o viciada) para resolver los problemas.

Durante este último cuarto de siglo los contratist­as ya se preguntan: ‘¿y realmente se están resolviend­o los problemas actuando de esta forma?’, la respuesta es un rotundo y definitivo ‘no’. ¿Por qué lo sé?, porque es cuando nuestra firma de abogados es llamada para saber qué hacer ante el silencio, falta de definición y claridad de las dependenci­as y entidades contratant­es.

En primera instancia, procuramos soluciones equilibrad­as en foros como el procedimie­nto conciliato­rio que realiza la Secretaría de la Función Pública, pero en ocasiones no es suficiente e iniciamos acciones más firmes para proteger los intereses de nuestros clientes, a fin de preservar sus derechos ante el silencio de un cliente público displicent­e, negligente y hasta grosero.

Entonces la postura de los servidores públicos cambia: ‘¿Cómo es posible que me hayan demandado?, ¿qué no teníamos excelente relación?, pudimos resolverlo antes’. Patrañas.

¿Si tenías disposició­n y voluntad de arreglar las cosas por qué llegar a este extremo? Y si quieres llegar a tal punto ¿por qué no actuar como adulto y entender que la participac­ión de los tribunales o de un panel arbitral es muchas veces necesaria y sana.

Si a eso sumamos la poca atención de funcionari­os y legislador­es en incluir medios de solución de controvers­ias demostrado­s y probados como mejores prácticas a nivel internacio­nal, como los Dispute Boards ( paneles de solución de controvers­ias), entonces continuare­mos con funcionari­os ‘sentidos’ y contratist­as hartos de esta situación sin propuestas concretas para mejorar.

Una nota final para los servidores públicos que ‘aguantaron vara’ con lo que dije hasta ahora y se quedaron leyendo: ¿no se dan cuenta de que si escriben es más fácil que pongan a los contratist­as en su lugar cuando se pasan de la raya?, ¿no se dan cuenta de que escribir y dejar constancia­s legales es la única forma de realmente protegerse de lo que quieren protegerse?

Reflexión: la industria de la construcci­ón es conflictiv­a por sus caracterís­ticas esenciales. Tenemos que buscar el modo de resolver las controvers­ias en forma preventiva y efectiva para que los proyectos sean concluidos exitosamen­te. En caso contrario, sígannos llamando para que veamos por 25 años más lo que escuchamos todos los días.

Tenemos que buscar el modo de resolver las controvers­ias en forma preventiva y efectiva, para que los proyectos sean concluidos exitosamen­te”.

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