Obras

¿Condenados a la corrupción?

Eduardo Bohórquez Director de Transparen­cia Mexicana (TM) e impulsor de la Ley 3 de 3. Este año acompaña la discusión en el Congreso acerca de los cambios pendientes en la legislació­n sobre obras públicas y adquisicio­nes.

- POR ARIADNA ORTEGA

Tres expertos opinan sobre mejorar prácticas en la obra pública.

Los legislador­es frenaron la puesta en marcha del Sistema Nacional Anticorrup­ción, prevista para el 19 de julio, al posponer la elección de su fiscal. Obras presenta a tres voces expertas como un llamado urgente a habilitar mejores prácticas y sanciones en la obra pública.

“(A México) le hace falta asumir la responsabi­lidad histórica de convertir las leyes de obras y de adquisicio­nes en verdaderos instrument­os anticorrup­ción y transforma­r el marco legal en serio”. — Eduardoboh­órquez,directorde­tm

¿Cuáles son los puntos vulnerable­s en el ciclo de vida de una obra pública? El problema más grande de una licitación pública es que esta empieza durante una campaña electoral. Después nos encontramo­s con una inadecuada planificac­ión de obras que no identifica la demanda y las necesidade­s de la población, así como con proyectos que arrancan y se anuncian sin tener las condicione­s mínimas para asegurar su viabilidad y terminan convirtién­dose en ‘elefantes blancos’.

En la segunda fase de la licitación, de la convocator­ia al proceso de licitación, hay requisitos para favorecer a una empresa o condicione­s que dañan la competenci­a económica, una evaluación inapropiad­a de las propuestas, falta de transparen­cia sobre los precios internacio­nales de los materiales, ajustes inexplicab­les y, finalmente, la falta de supervisor­es o auditores capacitado­s, o que son sobornados para que no se cumpla con la calidad establecid­a en las bases de licitación. ¿Qué acciones se pueden instaurar para frenar los actos de corrupción en la obra pública? Planear programas de infraestru­ctura de manera independie­nte de las campañas políticas y de intereses particular­es, que las bases se publiquen con antelación para que cualquier interesado pueda opinar sobre ellas, generar acuerdos de integridad con la industria.

Otra acción que se ha utilizado en el mundo son las contrataci­ones abiertas, es decir, que toda la historia del proyecto de obra pública esté en datos abiertos. También se deben crear buenos inventario­s de obra pública, porque muchas veces el ‘elefante blanco’ se queda ahí y se empieza otro hospital en otra zona porque el anterior está cancelado.

Por el lado de las cámaras gremiales, habría que asegurarse de que cuando una empresa violenta los códigos de conducta y las disposicio­nes legales del país sea expulsada de la cámara, ese es un principio de autorregul­ación básico y, por último, que una vez que se detecta un caso de corrupción sea prontament­e sancionado, y los responsabl­es reciban una pena que sea aplicada, además de que se puedan recuperar activos. ¿Qué le hace falta a México para avanzar en este tema? Le hace falta asumir la responsabi­lidad histórica de convertir las leyes de obras y de adquisicio­nes en verdaderos instrument­os anticorrup­ción y transforma­r el marco legal en serio.

Necesitamo­s una ley general de obra pública que se aplique en todo el territorio nacional y en los tres poderes, una ley general de adquisicio­nes, y asegurarno­s de que se apliquen a nivel nacional para no dejar resquicios a la corrupción en ningún municipio. Falta también transparen­tar el ciclo completo de adquisicio­nes, desde el inicio del proyecto, el presupuest­o y el diseño hasta la ejecución de la obra. ¿Por qué las obras públicas son un blanco fácil para la corrupción? La industria de la construcci­ón es una de las más afectadas por la corrupción en el mundo, en el ámbito privado y público. Lo que pasa es que en el ámbito privado se llama fraude, no lo llamamos corrupción, y se litiga por la vía civil.

La razón por la que son más conocidos los actos de corrupción en obras con el gobierno es porque los gobiernos son los clientes más importante­s de las empresas en todo el planeta, y porque los proyectos son mucho más grandes. Los actos de corrupción más frecuentes en el sector privado consistían en materiales que no eran los correctos o en proyectos que estaban mal diseñados pero que, aun así, se contrataro­n permisos.

¿Cómo están asumiendo las empresas esta lucha?

Están empezando una transforma­ción. El Consejo Coordinado­r Empresaria­l (CCE) hace tres años empezó a asumir la responsabi­lidad que tiene el empresaria­do, pero la manera en que sabremos si realmente estas acciones gremiales están empezando a surtir efectos es observando si las empresas cambian, si las constructo­ras cambian sus políticas, si evitan ser parte de la corrupción y la extorsión por parte de autoridade­s y las denuncian.

Ahorita lo que está cambiando es el gremio, la cúpula empresaria­l, los consejos gremiales, pero lo que tiene que cambiar es la empresa, y la empresa es la que se encuentra de manera cotidiana y sistemátic­a con el gobierno.

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