Turismo de salud
Hoteleras invierten en complejos para atender a este segmento en auge.
La empresa hotelera Mundo Imperial anunció a finales de marzo en Acapulco que, como parte de la inversión por 1,000 millones de dólares (mdd) para ampliar sus operaciones, edificará un hospital con especialidades en geriatría, cardiología y ortopedia para atraer al turismo médico en Guerrero. La estrategia tiene fundamento.
México ocupa el segundo lugar mundial en atención médica a extranjeros con 1.2 millones de pacientes, detrás de Tailandia, con 1.8 millones, calcula Proméxico.
La expectativa es que esa cifra crezca si el presidente Donald Trump logra desaparecer el Obamacare, con lo que 14 millones de estadounidenses se quedarían sin seguro en 2018, según cálculos de la Oficina de Presupuestos del Congreso de Estados Unidos.
“La situación geográfica está de nuestro lado”, comenta Ricardo Díaz de León, coordinador de Turismo de Proméxico.
En el país existen 15 clústers, algunos de ellos más relevantes por su cercanía con Estados Unidos, como el Baja Medical Tourism, en Tijuana, otros por la cantidad de extranjeros que llegan a sus regiones cada año, como el caso del Medical Travel en Quintana Roo.
“La infraestructura hospitalaria es la más compleja que pueda haber con respecto a otras edificaciones, dado que requiere instalaciones y aditamentos especiales, tales como conductos para oxígeno, iluminación, generación de energía y plantas de emergencia, además de habitaciones muy especializadas, como quirófanos y laboratorios, lo que supone un gasto mayor”, explica Gustavo Arballo, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC).
Entre los procedimientos médicos que se ofrecen en el país destacan bypass cardiaco, cirugía de columna, implante dental, banda gástrica, inseminación in vitro, operación con láser para ojos, rinoplastia y liposucción. Cada uno requiere instalacio- nes específicas, revela la oferta de hospitales inscritos a estos clústers.
Las inversiones en infraestructura provienen de empresas privadas como Grupo Ángeles, Cima, Galenia, San Javier, Tec Salud, ABC, Excel, Doctors Hospital, Star Médica, Almater y Poliplaza.
En Cancún está a punto de iniciar la edificación de Ciudad Médica Wisdom Towers, que contará con dos hospitales, cuatro clínicas, cuatro comunidades de retirados y un centro comercial. Con una inversión de 50 mdd, en Tijuana se erige New City Medical Plaza, el cual podría estar listo en 2018 con sus dos torres: una con infraestructura de salud y otra con un hotel. Esta entidad registró la afluencia de 1.5 millones de pacientes nacionales y extranjeros en 2016.
Los desafíos
“Antes abrir un hospital [en Tijuana] era tarea sencilla. Ahora no porque hay más regulaciones, certificaciones y la llegada de grandes consorcios que acaparan estas cons- trucciones”, dice Carlos Varela, presidente de la Asociación de Doctores de México.
Varela explica que grandes empresas “monopolizan” regiones y que los permisos para la construcción los privilegian, lo que limita la diversificación de la oferta.
Otras desventajas son el desliz del peso y el alza de los precios internacionales de las materias primas, pues afectan los costos de las constructoras, lo cual limita la capacidad de desarrollo de este segmento.
1.2 millones de turistas de salud llegan a México cada año ante costos menores que en sus países.
Antes de integrarse, en 1989, al despacho fundado por su padre, trabajó en Leason Pomeroy & Associates en Estados Unidos, Martorell, Bohigas y Mackay en España, y Fumihiko Maki en Japón. Ahora, con más de 15 años como director general en Legorreta, el arquitecto egresado de la Universidad Iberoamericana (1986-1990) se planteó la misión de que el llamado “estilo Legorreta”, caracterizado por techos altos, aplanado artesanal de muros y uso de
colores mexicanos, trascienda su persona y pase la barrera del tiempo.
QUÉ DICE
“Afortunadamente, cada vez más, la arquitectura se vuelve una labor de equipo, en donde cada uno de los que conforman este grupo son fundamentales”. La firma Legorreta “se ha vuelto mucho más que una sola persona, refleja una forma de pensar y hacer arquitectura”.
HÉROE
“Legorreta es una filosofía más que un apellido”, asegura Víctor, quien no solo ha logrado dar continuidad al despacho que fundó su padre hace más de dos décadas, sino ha dado vida a emblemáticos proyectos, por ejemplo, Torre BBVA Bancomer y Miyana en México, una universidad en Tanzania y un hospital en Uganda.
LA OPINIÓN
“Él entiende a Legorreta como una manera de buscar la calidad y la excelencia…, ha dirigido al equipo para lograr una arquitectura humana y atemporal que sea reflejo de la sociedad y el mundo actual”, considera Adriana Ciklik, socia y directora operativa y de proyectos de la firma.
POLÉMICA
Víctor ha tenido la oportunidad de trabajar en otros despachos. Eso lo puso en contacto con alternativas que ha incorporado a sus obras. El legado de su padre es importante, pero debe tomarse como un punto de partida para hacerlo evolucionar, afirma el arquitecto Antonio Toca.
EL RETO
En su opinión, el despacho enfrenta el desafío de tener la creatividad para encontrar soluciones en los proyectos que satisfagan varios aspectos que aparentemente son contradictorios, como funcionalidad, estética, presupuesto, durabilidad y respeto al medio ambiente.
IRREVERENTE
“Cuando llegó a sugerir vidrios morados para el proyecto de Miyana lo pensé como una locura. Yo mismo acudí el día que el fabricante iba a mostrar las distintas opciones. Cuando lo vi me gustó, no lo esperaba”, dice Jaime Alverde, director de Grupo Gigante Inmobiliario.