Diseño para la felicidad
Egresado de la UNAM, con especialidad en Historia del Arte y posgrado en la Domus Academy, de Milán. Desde 1996 trabaja en space, con la premisa de crear un diseño arquitectónico para necesidades específicas de crecimiento.
El 9 de abril de 2011 Roko Belic presentó su documental Happy, una búsqueda que nos transporta desde los pantanos de Louisiana hasta los tiraderos de basura de Calcuta, en pos de aquello que hace feliz a las personas.
El documental comienza con entrevistas a personas de distintos continentes; se les cuestiona qué les gustaría lograr en la vida como meta final. Un abrumador porcentaje contesta lo mismo: ser felices.
Entonces ¿por qué como sociedad no hemos hecho nada al respecto? Pocos son los mecanismos que ayudan de manera sostenida a las personas a tener niveles más altos de felicidad. La arquitectura no es la excepción. Si bien siempre se habla del bienestar de los usuarios como gran detonador de la profesión, poco se ha hecho realmente.
La propuesta de la teoría del diseño para la felicidad es utilizar los conocimientos que hoy se tienen alrededor de la idea de que somos seres corpóreos, es decir, nuestros procesos cognitivos no terminan y comienzan en la mente; se extienden al cuerpo y al espacio que nos rodea, el espacio es parte de nuestro proceso cognitivo. Y no solo eso, también se propone al espacio como intervención química.
Si el cuerpo puede cambiar la química de nuestros procesos cognitivos, el factor que puede cambiar nuestro cuerpo es el espacio.
Ese es posiblemente el factor de la teoría de diseño para la felicidad más complejo de todos, basado en la teoría de Emy Cuddy, profesora asociada en la escuela para la Salud Pública de Harvard, quien presenta el argumento de cómo las posturas de nuestro cuerpo no solo establecen un diálogo no verbal con quien nos relacionamos, sino también entablan un diálogo interno con nosotros mismos, que puede tener consecuencias relevantes en nuestras emociones, comportamientos y química.
Emy se enfoca en las posturas que algunos llaman expansivas o de poder y las de poco poder. Por ejemplo, los individuos que toman posturas de poder aumentan su nivel de testosterona 20%, y los que toman de poco poder reducen su testosterona en 10 por ciento.
También retoma La teoría de la granularidad emocional, desarrollado por la doctora Lisa Feldman, que se refiere a la capacidad de las personas de distinguir sus emociones literalmente en layers de profundidad, y la de discernir entre emociones positivas y negativas.
El diseño para la felicidad propone que de la misma manera que el cortisol y la testosterona se modifican dependiendo de las posturas que adoptamos, la química detrás de las emociones positivas desarrolladas por la teoría de la granularidad emocional podrían verse afectadas, según las posturas que tomemos.
Space colabora con la universidad de DELFT, en Holanda, para entender la química detrás de las 25 emociones positivas, y determinar las características del uso del cuerpo con dichas combinaciones químicas para poder desarrollar una versión alternativa a la ergonomía que conocemos, es decir, una ergonomía para las emociones.
El éxito no es la clave de la felicidad, la felicidad es la clave del éxito”. –Herman Cain