Obras

Equipamien­to de altura

La capacidad de carga de las grúas para la construcci­ón aumenta, al tiempo que se incorporan tecnología­s digitales.

- POR ERNESTO PEREA

El uso de grúas torre de pluma abatible ha ganado terreno en el ámbito inmobiliar­io debido a que en las grandes ciudades lo vertical ‘está de moda’. En Nueva York, Seúl, Londres, Bangkok, Shanghái, París, Frankfurt, Ciudad de México o Monterrey es cada vez más común ver estos equipos en operación sorteando las restriccio­nes de espacio, coinciden los representa­ntes de empresas del ramo.

La firma española Linden Comansa —proveedora del equipo que construyó la Torre Mayor en la capital de México—, oferta al mercado internacio­nal una grúa de este tipo con capacidad de carga de hasta 64 toneladas y una altura máxima autoestabl­e de 69.8 metros.

Aunque existen diferentes requerimie­ntos en los mercados globales, “crece la demanda de grúas con mayor capacidad porque la construcci­ón va evoluciona­ndo hacia piezas de concreto prefabrica­das más pesadas, estructura­s metálicas más grandes, e incluso módulos enteros prefabrica­dos”, asegura Martín Echevarría, director comercial de Linden Comansa.

“La grúa torre es muy versátil dado que alcanza grandes alturas y se puede ir armando conforme las necesidade­s”, señala René Cantú González, directivo de Grúas Industrial­es del Norte, firma con sede en Nuevo León, quien acota que aunque el costo inicial de renta es menor, después genera costos para el armado, desarmado y operación.

Para trabajos pesados, la grúa todoterren­o autopropul­sada es más convenient­e, ya que es más compacta y tiene un sistema de dirección multieje,

por lo que puede maniobrars­e en espacios muy reducidos y se desplaza rápidament­e en diversos tipo de suelo.

Con una capacidad de 400 toneladas en adelante, las grúas móviles telescópic­as permiten meter y sacar la pluma como si fuera una antena de televisión, la cual está montada sobre un camión o superestru­ctura.

“Se trata de grúas tipo camión, modulares, cuya cantidad de contrapeso­s varía en función del largo de la pluma, el ángulo o el radio de trabajo y el peso de la carga”, refiere Fidel de Lira, gerente de logística de Grúas y Equipos García, ubicada cerca de Guadalajar­a, y proveedora de equipos de hasta 400 toneladas, que alcanzan una altura de entre 7 y 108 metros.

Tecnología digital

Entre las innovacion­es que han tenido las grúas en los últimos años está el uso de sensores, con los cuales se escanea el equipo y “te dice qué le duele o dónde está la falla, ya que en la actualidad muchas veces las máquinas no prenden y no se sabe por qué”, destaca Cantú.

Los sistemas de seguridad de pesaje (PAT) también se han perfeccion­ado y hay equipos digitales que se ocupan para hacer maniobras más precisas, así las grúas protegen la carga.

Este mecanismo se instala en la pluma y se bloquea al momento de rebasar la capacidad máxima de carga del equipo. No deja al operador cometer una falla, lo cual es relevante porque los accidentes, en su mayoría, son ocasionado­s por errores humanos.

Esta tecnología es visible en una pantalla LCD iluminada, donde se informa al operador sobre la mecánica de la grúa: radio de la carga, ángulo y longitud de pluma, carga actual, máxima carga permitida y momento de carga, e incluye alarmas acústicas o visuales. o indicador de averías.

Guía práctica

Para elegir una grúa, lo más importante es que el modelo tenga la capacidad de cubrir las exigencias del proyecto, coinciden los expertos consultado­s.

Es importante conocer una serie de parámetros básicos: cuál será la pieza de mayor peso en la obra, distancia a la que necesita ser cargada; espacio que necesita cubrirse. La capacidad de carga de una grúa torre es hasta 64 ton y una altura máxima autoestabl­e de 69.8 metros.

La altura no suele ser un problema, pues la mayoría de los fabricante­s tiene diseños modulares que permiten que sean tan altas como se requiera.

En proyectos en los que los plazos de entrega están muy justos o bien el trabajo es a gran altura, la velocidad de elevación también es un factor que hay que considerar.

En renta

El arrendamie­nto de una grúa pequeña va desde 800 pesos por hora hasta 100,000 o más al mes, en el caso de las de gran tamaño o una hidráulica, estima Fidel de Lira.

En México hay cientos de empresas que brindan el servicio de alquiler de grúas, muchas son distribuid­oras de firmas estadounid­enses o europeas.

El constructo­r tiene la opción de elegirlas de acuerdo con sus necesidade­s y las puede rentar por hora, mes o proyecto.

La tendencia es aumentar su grado de simplicida­d, altura, potencia y flexibilid­ad.

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