Gigante en acción
Las grúas telescópicas o de celosías son rebasadas en su capacidad cuando se trata de construir viaductos elevados, carreteras urbanas, puentes de trabes prefabricadas, cuando el acceso es restringido por tratarse de ríos, suelos inestables, barrancas, cañadas o la obra exige subir las trabes a gran altura. Para ello, la opción ideal es una lanzadora de trabes, asegura Arturo Pérez, director de operaciones de la Compañía Mexicana de Presfuerzo (Mexpresa).
En México, la primera lanzadora disponible soporta trabes de 60 m y 130 ton, o de 40 m y 180 ton, con capacidad de lanzado de 5 metros por minuto (m/m), explica Guillermo Mecalco, gerente de Postensados y Obras Especiales en Sepsa.
Sobre su funcionamiento, Mecalco comenta que tiene una viga principal montada sobre marcos metálicos, que apoyados en los cabezales del puente y por medio de malacates, toman la viga prefabricada por los extremos y la mueven longitudinalmente a una velocidad aproximada de 3 m/m hasta alcanzar el cabezal siguiente.
Una vez que la trabe alcanzó al cabezal siguiente, el equipo se mueve de manera transversal para posicionar la viga en su lugar, y mediante la acción de los malacates bajarla hasta su posición final.
En la autopista Siglo XXI, que conecta a Michoacán con Guerrero, se tuvieron que salvar barrancas con 30 m de profundidad y anchos de más de 100 m, donde el uso de grúas convencionales no hubiera sido posible. “El montaje de las trabes comenzó desde el primer claro y avanzó por la superestructura del puente”, apunta Mecalco.
Sin embargo, el inconveniente puede ser su transportación, concluye Pérez.