El dilema de subir sueldos
Seguir el ritmo de la inflación es complicado, pero sí se puede mantener a los empleados gratificados.
Aumentar cada año los sueldos parece impensable para la mayoría de las empresas, pero puede lograrse. Incluso si este incremento no se refleja en una retribución económica inmediata para los trabajadores, hay otros mecanismos que los harán sentir compensados.
Reportes de Santander, Banco Bx+ y Banco Base adelantaron que la inflación anual cerrará en 5.6 o 6%, lo que afectará los salarios reales. El aumento en la inflación ha mermado el poder adquisitivo de las personas. Kantar World Panel, firma que analiza el consumo de 2,500 hogares del país, señaló que la inflación que registran muchos hogares mexicanos es de hasta 12 por ciento.
“No hay ninguna ley que obligue a las empresas a aumentar los salarios, a menos que se rijan por el salario mínimo”, dice Arturo Luna, director del área de Wealth de Mercer México, consultora en recursos humanos. Los salarios que toman como base la actualización del salario mínimo sí deben modificarse.
El análisis del incremento debe hacerse en el último trimestre del año, ya que en esas fechas las empresas fijan presupuestos, entregan balances financieros, se revisan políticas del negocio, impuestos y mercado.
“Uno de los puntos más importantes es el nivel de solvencia de la compañía, pues aquellas con una salud financiera endeble difícilmente podrán pensar en elevar el salario”, refiere Leticia Armenta, profesora-investigadora del departamento de Economía del Tecnológico de Monterrey, campus Ciudad de México.
La académica dice que el incremento de sueldo no será en la misma proporción que aumenta la inflación ni en igual porcentaje para todos los empleados. Y tendrá que fijarse de acuerdo con los rangos del mercado y el desempeño del empleado. “El aumento se puede retribuir a través de bonos por productividad”, agrega.
Otras formas de retener
En promedio, las empresas suben anualmente los salarios entre 3 y 5%, no en niveles que superen la inflación, por eso los empresarios buscan otras formas de elevar su competitividad y retribuir a los empleados, señala Leandro Ribeiro, director de Nuevos Negocios de Mercer México. Cuando las empresas logran identificar cuál es el motor intangible que mueve a su talento, puede aumentar su retención y la lealtad.
Según la firma Hays México, en 2016 los motivadores para un cambio de trabajo fueron un mejor salario para 53% de los encuestados, seguido de crecimiento (51%), más satisfacción laboral (49%), beneficios sociales (16%), mayor motivación (15%) y un balance entre su vida personal y profesional (12%). Esto indica que el salario no solamente está compuesto por la retribución económica, por lo que es necesario verlo como un paquete total de recompensas: sueldo, más prestaciones de ley, más beneficios adicionales, señalan los expertos.
Las prestaciones adicionales tienen un costo para la compañía, comenta Leopoldo Figueroa, catedrático de posgrado en la Escuela Bancaria y Comercial, pero son deducibles de impuestos entre 30 y 50%. El especialista también hace una advertencia: si el aumento se da directamente al sueldo del empleado, la base gravable aumentará y, por lo tanto, pagará más impuestos.