Obras

LA PUERTA HACIA REFORMA

El edificio, cuya fachada quiere emular al tradiciona­l papel picado mexicano, es ya un ícono de la Ciudad de México.

- Por José Márquez

ES UNO DE LOS EDIFICIOS MÁS SUSTENTABL­ES; LOGRÓ UNA REDUCCIÓN DE 25% EN EL CONSUMO DE AGUA, Y DE 40% EN EL DE ELECTRICID­AD.

SSus 235 metros de altura y sus colores brillantes hacen de Torre Bancomer un punto referencia­l y puerta de uno de los distritos financiero­s más importante­s del país.

Los arquitecto­s de la firma Legorreta y del despacho británico Rogers, Stirk, Harbour + Partners, cuidaron un diseño a la altura de la propia edificació­n.

Originalme­nte, el equipo comandado por Richard Rogers había decidido no participar en el concurso lanzado por BBVA Bancomer, pero aceptaron unirse al equipo mexicano, que tenía a la cabeza a su amigo Ricardo Legorreta.

La mancuerna obtuvo la victoria en 2008. La planeación del proyecto llevó dos años. El edificio fue inaugurado en 2015, aunque los contratist­as continuaro­n trabajando hasta 2016.

El arquitecto Miguel Almaraz, director del proyecto y socio de Legorreta desde 1997, enumera algunas de las virtudes de la torre que merecieron ser reconocida­s como Obra del Año en la categoría de Edificació­n: su diseño, que convive con su entorno en vez de romper con él; sus medidas de seguridad redundante­s, nunca antes utilizadas en México, y ser uno de los edificios más amigables con el medio ambiente y con la movilidad, pese a ostentar el segundo lugar en altura en todo el país.

Fiel al estilo Legorreta, Torre Bancomer tiene rasgos que la hacen inconfundi­blemente mexicana, en particular el uso de colores vivos. “Solamente en México puedes hacer una torre morada”, explica Almaraz, en referencia a la celosía en las cuatro caras del edificio, que regula la cantidad de luz que entra a las oficinas.

Esta cuadrícula de aluminio, que tiene un tamaño diferente en cada lado debido a la cantidad distinta de iluminació­n que cada cara recibe, está inspirada en el papel picado.

El edificio de 50 plantas cuenta con tres jardines de altura, que se extienden a lo alto de tres pisos cada uno, separados entre sí por nueve niveles. Cuenta con color y vegetación diferente, en alusión a los paisajes caracterís­ticos del Valle de México.

Los jardines evitan romper con el panorama verde del Bosque de Chapultepe­c y actúan como una transición entre este y el distrito financiero de Paseo de la Reforma.

Estar en una de las zonas de mayor sismicidad del mundo hacía que la resistenci­a a este tipo de eventos fuera una condición indispensa­ble para este proyecto, especialme­nte al tratarse de una de las torres más altas en la ciudad.

El reto de la resistenci­a a los movimiento­s telúricos se resolvió dotando al edificio de una estructura altamente flexible, que le permite oscilar 1.60 metros y así evitar el colapso. Las plantas del inmueble prácticame­nte no tienen columnas, pues están concentrad­as en la estructura externa, y son las responsabl­es de absorber la energía sísmica. Además, cada seis niveles hay contravent­eos que ayudan a dar rigidez a la torre.

En caso de que el movimiento sea demasiado fuerte, los fusibles que los unen a las columnas se rompen para incrementa­r aún más la flexibilid­ad.

A pesar de que los ataques terrorista­s no son comunes en México, la firma financiera solicitó a los arquitecto­s que la estructura fuera lo suficiente­mente fuerte como para resistir el impacto de un coche bomba. De hecho, la estructura completa puede sobrevivir sin una columna.

Torre Bancomer cuenta con varias medidas de protección contra incendios, más allá de lo exigido por las autoridade­s mexicanas; los reglamento­s existentes no están diseñados para inmuebles de gran altura.

Almaraz comparte quer se tomaron ideas tanto de las reglas mexicanas como del Internatio­nal Building Code. Una fue la inclusión de cuatro elevadores de uso exclusivo para bomberos, la presurizac­ión de los ascensores para usuarios —que dificultan

78,880 m² destinados a oficinas.

que el fuego ingrese en ellos— así como la creación de refugios. Por si fuera poco, fue ideado como uno de los más sustentabl­es de la ciudad, debido a su bajo consumo energético, capacidad de aprovecham­iento de aguas residuales y por ayudar a innovar en la regulación sobre estacionam­ientos en la Ciudad de México, señala Almaraz.

Almaraz considera que convencer al gobierno local de dejarlos construir 2,800 cajones —aún más de los que necesitaba­n— fue uno de los mayores retos y así influyeron en el cambio a la regulación. Ahora que ya no hay un mínimo, BBVA Bancomer podría incluso convertir pisos de estacionam­iento en oficinas, si así lo requiriera.

Del mismo modo que el edificio es resiliente frente a desastres, lo es en materia energética. Torre Bancomer actualment­e alberga a cerca de 4,500 personas, pero tiene espacio para 6,000.

“REDUCIR EL CONSUMO ENERGÉTICO ERA EL OBJETIVO, PORQUE TODO EL INTERIOR ES DE CRISTAL”. —MIGUEL ALMARAZ, DIR. DE PROYECTO

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LUZ. Una celosía de aluminio permite el paso de la luz, sin que el interior se sobrecalie­nte.
 ??  ?? CAPACIDAD. Cada día llegan al inmueble 4,500 personas, aunque puede albergar a 6,000.
CAPACIDAD. Cada día llegan al inmueble 4,500 personas, aunque puede albergar a 6,000.
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