Pros y contras de la inversión colectiva
Para invertir en bienes raíces ya no se necesitan millones, con un capital menor a 50,000 pesos es posible, pero con precaución.
El crowdfunding, que consiste en la participación de numerosos y pequeños inversores para capitalizar proyectos productivos por medio de plataformas digitales, ha alcanzado al sector inmobiliario.
Para invertir en un inmueble ya no es necesario adquirir una propiedad completa. Con una inversión mínima de 5,000 pesos es posible ser dueño proporcional de un complejo inmobiliario. Este monto puede generar rendimientos a tasa fija que incrementarán el capital de los pequeños inversionistas, mientras la obra concluye. No obstante, como en toda inversión, existe un riesgo.
“Cuando una persona invierte en una plataforma de crowdfunding debe entender hacia dónde va su dinero, dónde queda mientras se llena la campaña y quién vigila que el capital vaya hacia donde está planeado”, dice Alberto Padilla Luengas, fundador de Briq.mx.
El primer paso es llenar un formulario con datos personales y realizar la transacción económica previamente elegida. Hay plataformas que limitan la inversión máxima mediante una transferencia bancaria.
Una vez que termina el registro de los participantes, el capital pasa a las manos del desarrollador. El número de inversionistas depende del tamaño de la construcción.
Finalmente, cuando la edificación concluye y se vende, los asociados reciben su inversión de regreso más los intereses que generó el fondeo, según el porcentaje acordado en un inicio. El monto de los intereses puede oscilar entre 13 y 18% anual.
“Mientras la construcción concluye, el dinero genera intereses de renta fija por estar invertido en un fondo de liquidez diaria”, afirma Padilla Luengas.
En México, Briq.mx e Inverspot son los proyectos de crowfunding que pertenecen a la Asociación de Plataformas de Fondeo Colectivo, encargada de dar certificaciones a los operadores de esta industria. Sin embargo, ninguna plataforma está regulada ante Condusef.
La legislación en torno al fondeo colectivo es incipiente. A penas en junio de 2017 la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) dio a conocer que trabaja en una propuesta de Ley de Tecnología Financiera.
Mientras que se diseña la Ley Fintech, los inversionistas deben tomar precauciones para no poner en riesgo su capital y sacar el mayor provecho. Estos son los tres aspectos que deben considerar.