Inteligencia para diseñar el futuro
Hacia 2011, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) definía como ciudad inteligente “aquella que coloca a las personas en el centro del desarrollo, incorpora tecnologías de la información y comunicación (TIC) en la gestión urbana y usa estos elementos como herramientas para estimular la formación de un gobierno eficiente que incluya procesos de planificación colaborativa y participación ciudadana”. Por aquel entonces se pensaba que la carga de desarrollar todo este andamiaje de infraestructura ‘inteligente’ se centraba en los gobiernos, lo que implicaba (e implica) grandes inversiones, la reeducación o creación de nuevas burocracias, y otros tantos embrollos legales y de gestión pública.
Ahora, tanto la penetración de dispositivos inteligentes como del uso de datos en las redes, y la evolución de los negocios hacia la economía compartida, cambian los paradigmas: la carga del desarrollo de inteligencia no está únicamente en el gobierno, sino también en los ciudadanos y las empresas. La inteligencia y la competitividad son una responsabilidad compartida; el desarrollo inmobiliario y la arquitectura tienen una gran dosis de participación, al menos de oportunidad para —mediante el análisis e inteligencia de datos— lograr significativas eficiencias energéticas, de uso de agua, movilidad, reducción de emisiones, gestión de desechos, combate a la inseguridad, participación ciudadana, y un montón de indicadores más.
Actualmente existen tres condicionantes ineludibles para proyectar un inmueble o infraestructura: 1) Las ciudades son, por encima de las naciones, el motor económico global y, por tanto, cada inmueble o elemento urbano debe ser parte de ese ecosistema de competitividad y economía. 2) En un mundo conectado y de redes, las decisiones de diseño también deben responder a las formas de uso y consumo de los espacios, e incluso prever hasta donde sea posible su evolución. Y la más importante: 3) El ser humano debe seguir siendo el centro del desarrollo y gestión de las ciudades.
Al plantear la temática: Arquitectos Inteligentes para Ciudades Inteligentes como el eje rector del ranking 10 Despachos, decidimos explorar qué tanto las oficinas de arquitectura se están comprometiendo con esta dinámica de corresponsabilidad, ya sea como insumo de decisión ( data driven) o como generadores de información. Los resultados son patentes en las siguientes páginas. Sin duda, no son los únicos y seguramente sobre los escritorios de las desarrolladoras y de los despachos existen un sinnúmero de propuestas que harán evolucionar a la industria y a las ciudades hacia una nueva concepción de la inteligencia urbana.
Lo importante es que ya hay un número creciente de empresas que están tomando ese camino. Lo preocupante es que aún no son suficientes y, como suele suceder, el mercado terminará determinando la selección natural de sobrevivencia de empresas. ¿De qué lado quiere estar? Los editores jesush@expansion.com.mx