UN GIRO A LA MOVILIDAD
CAMBIAR LA FORMA EN QUE SE MUEVEN LAS URBES ES UN RETO URGENTE. ESTE DESPACHO DISEÑÓ UNA HERRAMIENTA SENCILLA PARA HACERLO, Y YA EXPORTA SU SOLUCIÓN.
Un gesto puede suponer un cambio radical para la movilidad de las ciudades. Tan fácil como bajar y subir la bicicleta a un rack, sin necesidad de cargarla. Esa es la idea de Diseño Neko, un despacho fundado en 2005 por cuatro jóvenes arquitectos: Luis Daniel Olvera, Karime Tosca, Alice Pegman e Hiroshi Ikenaga, quienes han adoptado la sustentabilidad como eje rector de sus diseños.
Analizaron los factores que favorecen la movilidad en bicicleta bajo la premisa de que el crecimiento de autos fue impulsado por la infraestructura. “Pensamos que en la bici puedes hacer lo mismo, y para eso hace falta mobiliario urbano eficiente”. Muchos quieren usar la bici, pero “necesitan dónde estacionarla”, explica Olvera.
En 2014 la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México les pidió una solución para bicis en los edificios que tenía en Pantitlán y La Raza. Desarrollaron un rack que funciona mediante un sistema neumático: incorpora unos actuadores de gas que ayudan a cargar bicis de hasta 30 kilos. La clave está en el ángulo con el que se levanta la bici, pues facilita la tarea de elevarla sin tener que cargarla.
“Nuestros racks tienen un sistema patentado en el que la rampa baja casi a nivel del piso, y evita la carga”, detalla Olvera.
En 2017, el despacho que ha colaborado con el arquitecto Mario Schjetnan ideó un nuevo biciestacionamiento en La Villa. La firma diseñó un edificio modular de acero y policarbonato, que se instala en dos meses y es posible ampliarlo si aumenta la demanda.
En contraste con la inversión de 21 millones de pesos (mdp) en
su símil de Pantitlán, este requirió apenas 2.5 millones de pesos.
Para acceder al biciestacionamiento, que cuenta con videovigilancia y la presencia de un agente de policía, es necesario contar con la tarjeta de transporte colectivo de la Ciudad de México.
Diseño Neko instaló un programa de computadora que se liga al lector de tarjetas para controlar la entrada, y que genera estadísticas de uso, horarios de mayor afluencia e identifica a los usuarios por género.
También levanta una encuesta origen-destino, lo que permite contar con información para tomar mejores decisiones acerca de la infraestructura, por ejemplo, para identificar dónde se requieren ciclovías o estacionamientos.
Estos proyectos llamaron la atención de otros gobiernos, como el de Bogotá, Colombia, que solicitó a Diseño Neko una propuesta acorde a la renovación de su imagen, que se halla en fase de plan maestro.
“NUESTROS RACKS TIENEN UN SISTEMA PATENTADO EN EL QUE LA RAMPA BAJA CASI A NIVEL DE PIS0”. ARQ. LUIS DANIEL OLVERA
El diseño de una casa no es suficiente para construir una ciudad inteligente, pero Verónica González Zavala está convencida de que si logra incidir en cómo construir esas viviendas sembrará la semilla que propicie una ciudad eficiente. Desde la creación de su despacho, en 2003, una idea la obsesiona: entender el entorno para definir qué objetivos y factores deben guiar un proyecto, y lo fundamental en estos días: cómo incorporar en este la tecnología que permita hacerlo autosuficiente y, por tanto, sustentable.
El proyecto que reúne toda su filosofía y demuestra los alcances que puede tener el binomio tecnología y arquitectura es la Casa P29. La vivienda, de 980 m² de construcción, ubicada en Bosques de las Lomas, en la Ciudad de México, y que
tuvo un costo de 28 milones de pesos, destaca por su gama sobria de materiales: concreto, cristal y maderas. Pero dentro guarda los secretos que la convierten en un modelo.
El análisis del entorno permitió la aplicación de arquitectura pasiva: definición de orientaciones y diseño de terrazas y ventanas que van de piso a techo para captar la mayor cantidad de luz posible o la influencia positiva del viento. “Quiero demostrar qué tan importante es que se entienda el entorno que rodea la obra”, insiste la arquitecta.
Luego vino la incorporación de tecnología que, especialmente en materia hídrica, destaca por su carácter integral. La casa capta el agua pluvial, que es prefiltrada, potabilizada y utilizada para todo el inmueble, incluso el consumo humano. Tras su uso, se recoge en una planta de agua residual y se destina a riego. Toda el agua captada que no se utiliza, como el sobrante de riego de los jardines, va a un pozo de captación. Nada llega al drenaje.
El espacio, que fue concebido para el fin de semana pero que enamoró tanto a sus ocupantes que hoy es su vivienda principal, cuenta con una azotea de 277 m², en la que se captan 15 m³ de agua por hora.
Esta se filtra a través de coladeras y se concentra a través de un sistema sifónico, conectado a una tubería que baja al sistema de agua pluvial, en el sótano. Tiene capacidad para un mes de uso y cuenta con una estación meteorológica, a cuya información se accede por medio de una tableta. Todo el sistema costó 260,000 pesos.
Para generar electricidad, 48 paneles solares producen alrededor de 450 kw al día, lo que permite a la casa ser autosuficiente. Durante los tres meses del verano pasado, se generaron 3,950 kw y la familia consumió 3,650 kw.
Estas tecnologías permitirán que el retorno de inversión en la vivienda se logre en cinco años. “Más que ser una casa inteligente, tiene una manera inteligente de aprovechar los recursos y toda la tecnología que le otorgamos. Es una obligación para la sociedad replicarlo en otras viviendas en todo el país y acercarnos más a la sustentabilidad”, asegura convencida González.
“DEBEMOS ACABAR CON EL MITO DE QUE LA TECNOLOGÍA ES COSTOSA. ES CADA VEZ MÁS BARATA Y FÁCIL DE UTILIZAR”. ARQ. VERÓNICA GONZÁLEZ ZAVALA
En IDOM, una firma global con más de 3,000 arquitectos e ingenieros en 125 países, están sorprendidos por los niveles de emisiones de efecto invernadero de las ciudades mexicanas, muy por encima de los de otras urbes latinoamericanas. La empresa realiza estudios desde hace 10 años en zonas que contribuyen al cambio climático. En México está en Hermosillo, Tapachula, Lázaro Cárdenas, Salina Cruz y Coatzacoalcos. “La idea es que los estudios detonen planes de acción para crear ciudades más sostenibles e inteligentes”, comenta Daniel Rubio Blanco, director del área de Territorio y Ciudad de IDOM en México.
Cuando concluye sus mediciones, la compañía entrega a las autoridades una metadata con la digitalización de la mancha urbana, que incluye la definición de usos y la edificación a nivel parcelario, los escenarios de crecimiento urbano y las simulaciones de riesgo.
Para llegar a esos resultados, IDOM desarrolló una herramienta metodológica de tres módulos, uno de los cuales pretende medir las emisiones de cada ciudad y las problemáticas que las generan, además de establecer una hoja de ruta para mitigarlas en un futuro.
El segundo analiza los riesgos naturales y determina cuáles son las principales amenazas que tienen las urbes, mientras que el tercero es de crecimiento urbano y prevé escenarios para los años 2030 y 2050. “Las transformaciones que requieren estas ciudades
“DE NADA SIRVE LA METODOLOGÍA QUE DESARROLLAMOS SI LOS ALCALDES, INSTITUCIONES Y POBLACIONES NO LA APRUEBAN Y LA IMPLEMENTAN DE FORMA INTELIGENTE”. ARQ. DANIEL RUBIO BLANCO
necesitan tiempo y van más allá de las urgencias políticas de los alcaldes durante sus periodos”, dice Rubio.
Además de realizar estos estudios, intentan capacitar a los municipios para que hagan sus propias mediciones. Este proyecto, que es financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y forma parte de su programa de ciudades inteligentes y sustentables, se enfoca en las urbes porque son las que contribuyen en más de 70% a las emisiones del planeta, explica Rubio Blanco.
A partir de los diagnósticos, IDOM analiza qué pasará si no se actúa con inmediatez. “Muchas veces vemos que hay ciudades que no tienen ahora fuertes emisiones de efecto invernadero, pero tienden a duplicar su población, o a triplicar su parque vehicular”, apunta. Una de las razones que explican la polución en algunas ciudades del país, según la firma, es que existen puertos o parques industriales en pequeñas poblaciones que generan emisiones per cápita muy altas.
Los rezagos también vienen de la falta de instrumentación para el desarrollo urbano, explica Alonso Malo- Juvera, consultor senior de planeación territorial de la firma. “La falta de un plan de gestión integral de residuos, de un plan de ordenamiento territorial y de una gestión inteligente de las aguas residuales en las ciudades mexicanas hace que el país esté atrasado, considerando su importancia en la región”, comenta y agrega: “Es una de nuestras principales carencias, además de la falta de fortaleza institucional”.
El estudio que realiza la firma mide el nivel de emisiones y propone una hoja de ruta para mitigarlas, analiza riesgos naturales y establece escenarios a futuro que ayudan a la toma de decisiones públicas.