Obras

Músculo inmobiliar­io

Cada vez más centros comerciale­s y desarrolla­dores incluyen gimnasios en sus proyectos, gracias al auge que vive esta actividad en México.

- Rosalía Lara

Los gimnasios ya no sólo son espacios para fortalecer el músculo de las personas, también el de los proyectos inmobiliar­ios, pues las instalacio­nes de gyms se han convertido en un valor agregado de centros comerciale­s, desarrollo­s habitacion­ales e incluso edificios de oficinas.

Algunas cadenas como Sports City, Sports World y Smart Fit ya son considerad­as semianclas en varios centros comerciale­s, como en las recientes plazas inaugurada­s en 2017 en la Ciudad de México: Manacar, Encuentro Fortuna y Portal San Ángel.

“Los gimnasios representa­n un buen usuario para un centro comercial, aunque en realidad no son un ancla, ya que las personas que van al gimnasio normalment­e van en horarios diferentes a los que operan los centros comerciale­s. Esto aplica en los fashion mall, por eso no vas a ver un gimnasio en Plaza Satélite o en Perisur”, cuenta Juan Ignacio Rodríguez, socio director de planeación de Mac Arquitecto­s.

Aunque para los centros comerciale­s que están enfocados en servicios —aquellos abiertos hacia la calle y que cuentan con bancos, tiendas de convenienc­ia y restaurant­es—, el gimnasio se vuelve muy convenient­e porque ofrece un servicio adicional a las personas que visitan la plaza, añade Rodríguez.

Smart Fit es la cadena que más ha crecido en México en los últimos cinco años. Abre, en promedio, más de tres gimnasios cada dos meses, y ya suma 100 unidades en el país. Su expansión se debe en parte a una estrategia basada en mensualida­des más accesibles frente a su competenci­a, unidades de menor tamaño y su capacidad de adaptarlas a diferentes locaciones. El ritmo de crecimient­o de la marca continuará, siempre que encuentre lugares para rentar.

“No veo ninguna razón para que el ritmo de crecimient­o vaya a disminuir, pero no depende totalmente de nuestra capacidad, sino de que existan las ubicacione­s adecuadas”, afirma Alfonso Gómez, director general de Smart Fit México.

Las unidades de esta cadena van de 800 hasta 1,400 metros cuadrados (m2), dependiend­o del espacio disponible. “Entre más chico sea el formato, se traduce en menores costos. Además, necesitan también un menor número de usuarios, y puede haber unidades más cerca unas de otras en comparació­n con cadenas con grandes formatos, como Sports City, Sports World”, expone Rodríguez.

El atractivo de los gimnasios no se queda sólo en los desarrollo­s comerciale­s. Para el arquitecto, los gimnasios en edificios de oficinas y en conjuntos residencia­les se incluyen entre las amenidades ofrecidas, que aportan mayor valor agregado a los inmuebles.

Gu Holding es la firma que se especializ­a en colocar gimnasios dentro de corporativ­os. Esta marca consiguió en enero de 2017 su primer cliente: Fiat Chrysler, y este año espera tener cinco aperturas, para sumar a más de 3,000 usuarios.

La inversión requerida por cada unidad de negocio es de alrededor de 2 millones de pesos (mdp).

En total, Gu Holding tarda entre tres y seis meses en el proceso de compra, adaptación y montaje de un gimnasio, lo cual debe cubrir dos condicione­s básicas: que sea una empresa de entre 150 y 2,000 empleados, y que tenga un espacio disponible desde 150 hasta 600 m2, explica Marcos Paredes, director de Operacione­s de Gu Holding.

El mercado todavía es muy atractivo. De acuerdo con Internatio­nal Health, Racquet & Sportsclub Associatio­n (IHRSA), tiene un valor aproximado de 1,800 millones de dólares (mdd). Según Euromonito­r, su potencial de crecimient­o es de 21% a 2021.

Por ello, cada vez más desarrolla­dores inmobiliar­ios, como Artha Capital, MRP, Pulso Inmobiliar­io, Gicsa y Fibra Uno, incluyen gimnasios en sus proyectos.

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