El Premio Pritzker de Balkrishna Doshi
Los valores atemporales que Balkrishna Doshi, galardonado con el Premio Pritzker, encarna en el plano personal y profesional deberían reconocerse a nivel global como la mejor práctica arquitectónica.
La decisión que tomó el comité del Pritzker dirige de nuevo la atención a la capacidad que tiene la arquitectura de facilitar y crear ambientes centrados en la sociedad humana en un momento en el que la arquitectura es limitada a diseños seductores y fachadas fotogénicas en diversos contextos sin importar la cultura o el clima locales, y en el que los renders demasiado simplificados y, en ocasiones, los diseños frívolos parecen ser la nueva norma.
Es preciso tener una concepción holística del rol del arquitecto, donde el diseño de un ambiente construido por el hombre sea una intervención sensible que mantenga la escala humana, a pesar del avance tecnológico.
De tal forma, que las soluciones de infraestructura industriales y a escala automática no dominen la vida diaria a expensas de la vecindad y la comunidad, al conducir a la segregación social, la soledad y las experiencias diarias nocivas.
Doshi demuestra que los edificios contemporáneos pueden ser expresiones de los valores culturales más profundos de una sociedad, y que la arquitectura es la síntesis de inquietudes complejas, y sobre todo un escenario para la vida, donde el arquitecto está al servicio de la sociedad humana.
Como pedagogo y fundador de la Universidad CEPT, ha inspirado a generaciones más allá de la institución, al acoger a estudiantes y practicantes de diversas partes del mundo para compartir experiencias, colaborar y participar en debates. Lo mismo en lo personal: su casa ha estado abierta para ellos. A pesar de su éxito y fama, siempre ha sido accesible e incluyente, y ha tratado a todos por igual a pesar de la edad o la experiencia.
Trabajó con Le Corbusier y Louis Kahn y se ha relacionado con personajes influyentes de la arquitectura a nivel mundial desde que se mudó a París, justo después de graduarse del Colegio de Arquitectura Sir JJ, en Bombay.
Para India, Doshi representa al arquitecto moderno postindependentista; pero él permanece arraigado profundamente a su propia cultura y continúa resaltando la importancia del contexto social y cultural en sus obras, al igual que en su papel como pedagogo.
Si bien sus obras han sido ampliamente reconocidas, él ha sido particularmente valorado por su compromiso con la sociedad. Su apertura y accesibilidad para conocer a otros arquitectos y profesionales e interactuar con ellos son, al igual que su tono filosófico y su capacidad de narrar historias, una extensión natural de su personalidad.
Quizá sea el arquitecto más veterano en recibir el Pritzker, pero su espíritu es probablemente el más joven. Quienes han interactuado con él coincidirán en que su juventud, curiosidad y accesibilidad son inspiradoras. Mientras todos los arquitectos que me rodean aquí en India se regocijan y celebran a Doshi, y mientras la atención se centra en los valores universales que todos observan en él, me alegra que la comunidad global también se tome el tiempo de conocer más acerca de su trabajo y legado, y quizá se replantee hacia dónde se dirige la arquitectura contemporánea.
Doshi demuestra que los edificios contemporáneos pueden ser expresiones de los valores culturales más profundos de una sociedad”