XV EDICIÓN OBRA DEL AÑO
Esta convocatoria quinceañera celebra su aniversario con la recepción de más de 200 postulaciones y 175 obras, que significan una inversión estimada en 42,500 mdp.
Prohibir no, conciliar sí. Esa es una de las grandes lecciones aprendidas en 15 años, desde que arrancamos la iniciativa de reconocer la Obra del Año para identificar y premiar a las aportaciones e innovaciones de los profesionales de la construcción, a través de sus edificaciones y obras de infraestructura y desarrollos inmobiliarios. Y ese es el espíritu que encarna La Mexicana, la Obra del Año 2018 con la cual celebramos 15 años.
Las obras que hemos visto desfilar en tres lustros muestran mayor contundencia cuando integran a sus actores, no cuando se erigen como monumentos unilaterales o nacen de decisiones autoritarias.
Aunque las primeras convocatorias las hicimos de forma incipiente: la Obra del Año se determinó mediante un consejo que decidía cuál era la obra más importante, la evolución de este evento refleja cada vez de forma más contundente el potencial de la actividad constructiva del país.
El concepto de este certamen ha evolucionado hasta lo que ahora significa dedicar prácticamente una tercera parte de nuestro calendario para conjuntar a un grupo ahora de 37 expertos que juzgan 12 categorías, además de 3 premios especiales, con un total de más de 200 postulaciones, en 22 entidades, derivadas de más de 175 obras participantes.
Este 2018 destaca el volumen de participantes en la categoría de Edificación (que engloba usos mixtos, centros comerciales, museos, espacios de entreteniemiento, etc). La secunda, el número de proyectos de diseño interior dividido en tres categorías: servicios, corporativo y residencial.
Las obras de vivienda también son improtantes, sobre todo, de tipo residencial.
En cambio, las postulaciones en Infraestructura fueron escasas, dados los tiempos que marcó la veda electoral, lo que limitó la difusión de la obra pública.
El urbanismo gana terreno, y los proyectos de movilidad que tienen como eje al peatón son protagonistas.
En la mayoría de las obras participantes detaca una preocupación por mejorar la calidad de vida, por eficientar los recursos y generar impacto social sin perder la rentabilidad deseada.
Hacia adelante En el camino de procesar aprendizajes, Obra del Año busca perfilarse como una plataforma de difusión del conocimiento compartido de mejores prácticas en la industria inmobiliaria y de la construcción.
Con esa idea ponemos estás páginas en sus manos. Todavía hay una gran oportunidad de aprendizajes y mejoras tanto en políticas públicas como en desarrollo urbano. Con seguridad las respuestas se irán dando al incorporar estas mejores prácticas en los desarrollos e infraestructuras por venir. Eso dependerá enteramente de nosotros, los profesionales de la construcción.