Antonio Toca
El reto de las zonas metropolitanas es contener el crecimiento urbano y aplicar soluciones eficientes.
En marzo se publicó la nueva lista de 74 zonas metropolitanas (ZM). Es una actualización que –desde 2000– se realiza cada cinco años, tomando los datos de los censos nacionales.
El grupo integrado por el Consejo Nacional de Población, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía y la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, ha realizado la delimitación de las ZM, con base en 2015. A las 59 zonas anteriores se agregaron ahora capitales estatales: Campache, Chetumal, Chilpancingo, Culiacán, Durango, Guanajuato, La Paz, o Hermosillo. Además, de zonas fronterizas como Nogales y Tapachula.
Es evidente que en la lista hay zonas como la del valle de México que tiene 76 municipios, y otras que sólo tienen una. El tamaño de su población es otro aspecto, porque hay diferencias enormes entre la del valle de México con 20.8 millones y otras con poco más de 100,000.
México ocupa el octavo lugar entre los países del mundo, por su población urbana con 99 millones, y tiene el número 10, con 127 millones de habitantes. La población de las ZM del país es de 75.1 millones, 62.8% del total, y 13 tienen más de un millón de habitantes.
En 2006 la SHCP creó el Fondo Metropolitano, que asignó recursos a la zona del valle de México. Paulatinamente, se incrementó tanto el monto de los recursos, como el número de zonas metropolitanas a las que se asignaron.
El fondo otorga recursos para obras, programas y proyectos de infraestructura, ordenamien- to territorial, transporte público, movilidad, o vialidades, que tengan un impacto metropolitano para impulsar la sustentabilidad, o mitigar la vulnerabilidad y riesgos por fenómenos naturales.
Los recursos del Fondo Metropolitano han sido importantes para el desarrollo de las 47 ZM; aunque no siempre han sido utilizados en obras de escala metropolitana.
Para hacer más eficiente y justa la asignación, se modificaron las reglas de operación del fondo en 2018, y se incluyó la evaluación de las propuestas por un grupo técnico. Esa es la buena noticia, la mala es que se redujo el monto a 3,200 millones, en contraste con 10,300 asignados en 2017.
Uno de los problemas más grandes en el desarrollo de México es la enorme dispersión urbana, que se ha propiciado por corrupción o ineptitud de autoridades municipales. En sólo 30 años, las ciudades tuvieron tasas de crecimiento demográfico de alrededor de 2% anual, pero el crecimiento de su superficie urbana fue de 10 veces en promedio. Casos extremos son Cabo San Lucas (76 veces), Villahermosa (30), Toluca (26), Cancún (25), Pachuca (21), Tuxtla Gutiérrez (17), o Querétaro (16).
Eso ha generado problemas en la gestión de esas ciudades, para los que no hay suficientes recursos. El reto es contener ese crecimiento, y aplicar soluciones eficientes.
El presidente del Colegio de Ingenieros publicó que es urgente una propuesta estratégica para la infraestructura del país –a mediano y largo plazos–, para que esos recursos se utilicen de manera eficiente y transparente, porque su impacto positivo potencializa el desarrollo de regiones enteras (cicm.org.mx).
Uno de los problemas más grandes en el desarrollo de México es la enorme dispersión urbana, que se ha propiciado por corrupción o ineptitud de autoridades municipales”