L INNOVAR, UNA CARRERA DE RESISTENCIA
CORRUPCIÓN, FALTA DE RECURSOS Y MANO DE OBRA BARATA OBSTACULIZAN LA REINVENCIÓN DEL SECTOR DE LA CONSTRUCCIÓN Y EL DESARROLLO INMOBILIARIO.
as empresas mexicanas de la construcción y el desarrollo inmobiliario buscan innovar e incorporar tecnología en sus procesos, pero la labor no es fácil, obstáculos como la corrupción, la falta de recursos y la mano de obra barata dificultan la tarea.
“La innovación siempre es difícil, es como apostarle a la ruleta; para poder tener éxito hay que hacer varios intentos y tener capacidad de resistencia al fracaso”, opina Óscar Peralta Navarrete, presidente de Grupo GMI, líder en el desarrollo de tecnología y fabricación de soluciones de construcción modular, que a la fecha cuenta con 13 patentes, siete de ellas a nivel mundial; además, es uno de los desarrolladores del Centro de Innovación e Investigación de Sistemas para la Edificación y Energías Renovables (Ciinova).
La historia de GMI es muestra del empedrado camino que se debe recorrer para innovar en el sector. Hace 60 años, un arquitecto proyectó construir una casa con elementos prefabricados, y fundó la empresa Casas Prefabricadas, pero la mentalidad del mexicano de adquirir sólo viviendas construidas con sistemas tradicionales llevó a la compañía a buscar otras opciones. Entonces obtuvieron una
licencia para fabricar un sistema novedoso de ángulo ranurado para estructuras metálicas, ese fue el inicio que marcó el nacimiento de Grupo GMI.
En esta época la industria de la construcción está obligada a reinventarse y a adoptar las tecnologías que están cambiando la forma de concebir los proyectos. En México, las empresas se están sumando a esos cambios, pero no con la celeridad que la cuarta revolución industrial demanda.
El sector tiene una lenta respuesta ante la disrupción, así lo demuestran los resultados de la Encuesta Global de Construcción 2017. Hazlo o destrúyelo, de la consultora KPMG, que recopila lo opinión de más de 200 directivos de la construcción en el mundo.
Sólo 48% de los encuestados indica que sus compañías han desarrollado una estrategia de análisis de datos y/o de tecnología, 92% considera que la tecnología cambiará significativamente su negocio, pero sólo 5% ve a sus organizaciones como vanguardistas en términos de madurez tecnológica.
Asimismo, menos de 1 de cada 10 está haciendo uso de innovaciones como las plataformas móviles, análisis de datos avanzados, robótica y mano de obra digital.
Innovar requiere de una inversión tanto en equipo y tecnología, como en recursos humanos, y en México
lo que se destina a este rubro está muy por debajo de los requerimientos. De acuerdo con información de la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología (Ricyt), México invirtió, en 2016, el 0.50% del PIB en investigación y desarrollo.
Y lo mismo pasa con las empresas que ven a la innovación como un gasto y no como una inversión a futuro. “En México apenas estamos en un promedio de entre 1 y 1.5% de lo que reinvierten las empresas de sus utilidades (en innovación), pero en otros países andan en alrededor de 5.6 y 7%”, apunta Peralta Navarrete.
El empresario opina que se requiere de una política industrial, educacional y de gobierno para apoyar al innovador con beneficios fiscales.
José Pablo García, director general de la Fundación de la Industria de la Construcción (FIC), coincide en que si el gobierno diera estímulos a las empresas por desarrollar tecnología, como una disminución de impuestos, o apoyara el trabajo de investigadores, y a su vez las compañías impulsaran proyectos de innovación en sus organizaciones, tendríamos la capacidad de competir con otros países.
La mano de obra barata también frena el crecimiento. Marco Antonio López- Silva, director ejecutivo de Fundación IDEA, comenta que la industria prefiere utilizar personas en vez de máquinas, entonces no existen muchos incentivos para encontrar nuevas maneras de hacer las cosas, por ello hay poca experimentación.
Para Óscar Peralta, cuando la mano de obra deje ser barata se buscarán sistemas no tradicionales de construcción que sean más rápidos, eficientes y reduzcan los costos. “Estamos evolucionando pero no con la rapidez que requerimos”.
El gran problema está en la corrupción que impide que las constructoras compitan en calidad y precio. “Cuando hay empresas que compiten con base en dar mordidas a algún funcionario no tiene mucho sentido dedicarle recursos importantes a la innovación”, plantea López-silva.
CAMBIAR EL PANORAMA
José Pablo García explica que existe un importante núcleo de gente que genera el cambio y al que no se le da la debida importancia; estos son los especificadores, quienes dictan la forma en que deben realizarse los proyectos desde las dependencias públicas y la iniciativa privada. “Ellos podrían empezar a generar que el cambio se haga de una forma más rápida”.
Y es que en muchas ocasiones la regulación limita lo que se puede hacer en materia de innovación, piensa Antonio López-silva. Aun así es posible trabajar entre autoridades y constructores para lograr consensos que lleven a desarrollar proyectos con calidad de vida urbana, como Bosco Residencial en Hermosillo, de Desarrollos Derex y diseñado por Alberto Kalach.
Se trata de un proyecto intraurbano con una densidad que excede los parámetros típicos de este tipo de desarrollos: una hectárea con 120 viviendas de 73 m ² , y un aumento de 48% en los espacios interiores en rela-
“LOS DESARROLLADORES NO SE ATREVEN A CAMBIAR LA FORMA DE CONSTRUIR PORQUE ESTÁN CÓMODOS HACIENDO DINERO DE UNA MANERA FÁCIL Y RÁPIDA” — Alejandro Manzano, investigador y coordinador técnico del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Cinvestav, Campus Querétaro
ción con otros modelos construidos por el desarrollador.
Para producir los prototipos, el desarrollador tuvo que negociar con las autoridades un esquema en donde se le autorizaron excepciones a título de proyecto piloto. López-silva menciona que esto se replica en diversas partes del país con desarrolladores que buscan innovar.
En cuanto a tecnología, dos sistemas que están cambiando la forma de construir son Building Information Modeling (BIM), un sistema de gestión de obra basado en el uso de un modelo tridimensional virtual relacionado con bases de datos, y Lean Construction, método que busca la mejora continua, minimizar las pérdidas y maximizar el valor del producto final.
Por ejemplo, BIM se utiliza en las obras del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, donde su uso es obligatorio en todo el proceso. En Latinoamérica, México ocupa el segundo lugar en implementación de esta tecnología, mientras que Chile ostenta la primera posición.
En lo que se refiere a materiales, las innovaciones van encaminadas a mejorar las propiedades mecánicas y de durabilidad, consiguiendo productos fáciles y rápidos de usar, que cumplan con requerimientos de baja demanda energética y que sean térmicamente aislantes.
Alejandro Manzano, investigador y coordinador técnico del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinves- tav), Campus Querétaro, realiza una investigación con materiales geopoliméricos basados en aluminosilicatos para obtener materiales cerámicos con propiedades mecánicas dos o tres veces mayores que el cemento Portland y una baja conductividad térmica al menos dos veces menor. Al ‘fibroreforzar’ estos materiales cerámicos aumenta su capacidad de flexión, lo que contribuiría a evitar que las estructuras colapsaran ante un sismo.
Pero la reticencia ante el uso de nuevos modelos constructivos hace que las investigaciones no salgan del laboratorio. “Los desarrolladores no se atreven a cambiar la forma de construir porque están cómodos haciendo dinero de una manera fácil y rápida”, opina el investigador.
Otro ejemplo de que en México sí existe el potencial para desarrollar tecnología son dos innovaciones del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que promueve la FIIC. La primera es un amortiguador sísmico que puede usarse en edificios existentes y permite que la estructura se mueva menos con fuerzas laterales, teniendo más posibilidades de comportarse adecuadamente ante un temblor.
El segundo es un digestor de gases de síntesis, que transforma materia orgánica en CO ² para generar energía. “Imaginemos iluminar Chapultepec quemando su propia basura, sin generar contaminación; y no le estamos comprando la tecnología a nadie”, comenta García.
“Si queremos crecer como país tenemos que cambiar la forma de pensar y de ver los negocios, tenemos que tomar riesgos para acumular experiencias y conocimiento que a través de los años nos va a ubicar en la frontera del conocimiento para ser competitivos mundialmente”, afirma Manzano.
Para Marco López-silva el hecho de que en el sector haya tan poca innovación y poco crecimiento en la productividad, representa un área de oportunidad importante. “Significa que quien logre alguna innovación que realmente permita reducir los costos y aumentar la productividad, va a tener una oportunidad de mercado fabulosa”.
“…QUIEN LOGRE ALGUNA INNOVACIÓN QUE REALMENTE PERMITA REDUCIR LOS COSTOS Y AUMENTAR LA PRODUCTIVIDAD, VA A TENER UNA OPORTUNIDAD DE MERCADO FABULOSA” — Marco López-silva, director ejecutivo de Fundación IDEA