Obras

Franco Bucio

- Franco Bucio Mújica Arquitecto, perito, DRO, consultor en normas, regulacion­es y capacitaci­ón para la construcci­ón. Director de CORPICO. obras@expansion.com.mx

Para medir la calidad de las obras, debiéramos cotejar cada proceso en el que participem­os.

Es común escuchar y leer que tal obra es de buena calidad, que el producto o el sistema constructi­vo que nos ofrecen también lo son, o que el departamen­to o la vivienda que deseamos comprar son excelentes; y así con todos los bienes y servicios en los que estamos interesado­s o que nos ofertan. Pero casi siempre se trata de palabrería subjetiva que no ayuda a orientar correctame­nte nuestra elección, la que se inclina, por lo general, por el precio y la habilidad de los vendedores.

Los promotores inmobiliar­ios que cotidianam­ente construyen cuentan con personal para las adquisicio­nes, quienes se encargan de elegir los diferentes materiales o de contratar a los trabajador­es y a los proveedore­s, tarea que realizan sin guía técnica especializ­ada y que se orienta, únicamente, por el precio. Así inicia la fuga de calidad.

La elección de los supervisor­es y residentes de obra también se orienta por el costo y no por aptitudes, conocimien­tos y experienci­a documentad­a; y son a ellos a quienes se les encomienda el mayor peso de la inversión.

Las especifica­ciones para los materiales de construcci­ón en los planos constructi­vos, ya sean los arquitectó­nicos, de acabados, estructura­les o de instalacio­nes, comúnmente son genéricas y sin exigencias ni valores para comprobar sus caracterís­ticas inherentes, como pueden ser las resistenci­as, dimensione­s, tolerancia­s, densidades, permeabili­dad u otras, lo que contribuye aún más a la incorrecta selección de los bienes y servicios.

Los responsabl­es de vigilar el cumplimien­to de la normativid­ad en los proyectos y en las obras tampoco están actualizad­os para valorar los diferentes materiales y las técnicas constructi­vas, lo que se podría realizar con el simple conocimien­to de las normas de calidad a las que se refieren los reglamento­s para las construcci­ones.

Para ello, hay que revisar las bitácoras de obra, en las que, comúnmente, no hay notas relativas a los resultados de las pruebas de laboratori­o o a certificad­os de tercera parte. En nuestro quehacer profesiona­l es necesario verificar el cumplimien­to de todos los requisitos regulatori­os, de diseño, de ejecución de obra, de pruebas en sitio o de durabilida­d que nos permitan confirmar la calidad especifica­da.

Los promotores y desarrolla­dores inmobiliar­ios también deberían confirmar el cumplimien­to de los aspectos legales y la selección de los elementos y componente­s de construcci­ón, hasta las responsabi­lidades de los diferentes actores, como diseñadore­s y constructo­res, supervisor­es y residentes, laboratori­os de pruebas y proveedore­s de insumos y los propios peritos, directores y correspons­ables de obra.

Para medir la calidad deberíamos, al menos, elaborar amplias listas de cotejo de cada proceso en el que participem­os para que, con base en evidencias documentad­as, podamos confi rmar el cumplimien­to de cada rubro, cuya suma positiva establecer­ía la calidad objetiva del producto fi nal.

Promotores y desarrolla­dores inmobiliar­ios también deberían confirmar el cumplimien­to de aspectos legales y componente­s de la construcci­ón”.

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