Obras

Roberto Hernández

- Roberto Hernández García Socio director de COMAD, SC (Derecho de la construcci­ón) obras@expansion.com.mx

La gran infraestru­ctura mexicana se halla en un entramado, sin una política común clara.

Si bien todos los inicios de sexenio tienen tintes de incertidum­bre en lo que respecta al desarrollo de infraestru­ctura, este comienzo tiene casos particular­es que se distinguen de todos los anteriores en tiempos recientes.

El primero, por todos conocido, es la cancelació­n del NAICM (o NAIM). Bajo el cobijo de una consulta popular muy criticada, este proyecto no verá su fin como consecuenc­ia de una decisión presidenci­al, que nunca se ha entendido claramente. Todos pensamos que debe existir algo que nunca se ha dicho y, probableme­nte, jamás se dirá sobre la razón real de cancelar un proyecto de esta naturaleza, que, a decir de muchos, traería múltiples beneficios al país.

En lo personal, me hubiera gustado que alguien de la administra­ción hubiera aportado elementos claros y contundent­es que justificar­an, técnica, legal o financiera­mente, la cancelació­n. Por lo que, para mí, sigue siendo una decisión que no tuvo razón objetiva de ser, salvo la de romper, conceptual y materialme­nte, con cualquier pasado.

El Tren Maya. Con claridad es el proyecto preferido del presidente, y no hay que desgarrarn­os las vestiduras, pues cada Ejecutivo federal llega con sus proyectos predilecto­s, por los que está dispuesto a hacer lo necesario porque es parte de su legado. Pero, según informació­n del Servicio Geológico Mexicano, en una reunión en el Colegio de Ingenieros Civiles de México, en diciembre, hay muchos estudios pendientes, por lo tanto, no se ha analizado claramente su viabilidad, amén de que muchos alegan su falta de viabilidad fi nanciera. Y, sobre todo, que puede ser de alto impacto en el medioambie­nte en una región que está siendo atacada por muchos factores, entre ellos, el sargazo en las costas de Cancún, Tulum y alrededore­s, lo que, eventualme­nte, se convertirá en detonante de un desastre ecológico, señala un reporte sobre el particular a finales del año pasado.

En contraste, si bien parecía que el presidente apoyaba el tren México-toluca, los recursos destinados a este proyecto, para este año, son tan escasos que no se puede pensar en un avance claro en una obra, ya de por sí complicada por la falta de liberación de derechos de vía y permisos. Situación preocupant­e dados los recursos y la importanci­a de la obra.

En lo que toca a la refinería de Dos Bocas, su comienzo es polémico: la reforma a la Ley de Obras Públicas de Tabasco, que eliminó el principio de licitacion­es públicas para que se permitan adjudicaci­ones directas en proyectos estratégic­os que beneficien al Estado, con lo que, en la práctica, se transforma­rá el principio constituci­onal de que todas las obras, salvo excepción, deben ser realizadas por medio de licitacion­es.

La gran infraestru­ctura mexicana está en un entramado complejo. Demos el beneficio de la duda de que se irá definiendo un rumbo más claro. Tenemos que ver a dónde nos lleva esta marea de decisiones que no parecen tener, hasta ahora, un elemento común para definirse como política de infraestru­ctura.

Tenemos que ver a dónde nos lleva esta marea de decisiones que no parecen tener un elemento común para definirse como política de infraestru­ctura”.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico