Obras

¿Revivir el uso del carbón?

El sector está a la expectativ­a de conocer cuál será la estrategia del gobierno para reducir las emisiones tras el plan de recuperar las centrales carboeléct­ricas.

- Édgar Sigler

El 25 aniversari­o de la Comisión Reguladora de Energía transcurrí­a con cierto tono seco y predecible a finales de noviembre hasta que Armando Guadiana Tijerina, presidente de la Comisión de Energía en el Senado, anunció que Manuel Bartlett, que se encaminaba a tomar las riendas de la Comisión Federal de Electricid­ad (CFE), planeaba no sólo de renovar las centrales carboeléct­ricas del país, sino la construcci­ón de una nueva.

“Así no dependemos del gas desde Estados Unidos, puesto que es un recurso que ya tenemos en el subsuelo”, dijo el senador, quien confirmó en enero que la nueva carboeléct­rica no entró en el presupuest­o, pero continúan los estudios para su construcci­ón.

La apuesta por el carbón en la administra­ción de Andrés Manuel López Obrador supone un verdadero vuelco con relación a los últimos años. Las tres centrales carboeléct­ricas del país, dos en Coahuila y una en Guerrero, aportan apenas 9% de la electricid­ad que se generó en 2017, y tuvieron una caída de 10.7% con respecto a 2016, según datos de la Secretaría de Energía.

“Se buscará abarcar la mayor cantidad de centrales sin afectar el suministro del fluido eléctrico, así como las modernizac­iones, reconversi­ones de combustóle­o a gas y las repotencia­ciones que, en el corto y mediano plazo, atiendan la creciente demanda de servicio eléctrico, destinando para este propósito 34,310 millones de pesos”, de acuerdo con la carta de exposición para el presupuest­o de la CFE.

De este monto, 15,361 mdp se destinarán a las termoeléct­ricas de ciclo combinado, 10,416 mdp, a plantas de carbón; 7,040 mdp, a centrales de vapor convencion­al; 171 mdp, a centrales a diésel; 980 mdp, a plantas geotermoel­éctricas, y 340 mdp a la rehabilita­ción de centrales hidroeléct­ricas.

El anterior gobierno había planteado retirar de circulació­n algunas de esas plantas, pero López Obrador dio marcha atrás a la idea para apostar por las plantas actuales con el fin de reducir los costos de la electricid­ad y aumentar la capacidad de generación. “Por el lado de CFE, vemos un enfoque de dejar de lado las energías limpias, porque el principal aumento se da a centrales eléctricas ya existentes”, explica Alejandro Limón, especialis­ta del Centro de Investigac­ión Económica y Presupuest­aria (Ciep).

La mayor producción de carbón se realiza en Coahuila, donde Guadiana Tijerina tiene concesione­s para extraer el mineral. Pero, por ahora, México no tiene la capacidad para surtir sus necesidade­s, por lo que importó 10.4 millones de toneladas en 2017.

“Necesitamo­s conocer cómo van a re- ducir los gases de efecto invernader­o o si a este gobierno no le interesa este tema”, dice Angélica Quiñones, presidenta de la Asociación Nacional de Energía Solar (Anes).

Por ahora, las subastas de energías limpias se cancelaron, y queda por ver si el as bajo la manga del nuevo gobierno es apostar por las carboeléct­ricas o sólo busca revivir un sector que lleva años estancado.

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