DOS BOCAS: UN DESTINO INCIERTO
OBRAS REALIZÓ UN RECORRIDO POR PARAÍSO, DOS BOCAS, TABASCO, PARA CONOCER LAS OBRAS INICIALES DE LA REFINERÍA. EL DESCUBRIMIENTO SON VARIAS INTERROGANTES A LA ESPERA DE RESPUESTA.
PPascual encontró una serpiente frente a su casa. No le había pasado antes, pero el desmonte de vegetación en un área de 566 hectáreas para construir la refinería de Dos Bocas, en Tabasco, no sólo acabó con los manglares, protegidos por la legislación ambiental, sino que también desplazó la fauna y la condujo hasta su puerta, en la colonia Lázaro Cárdenas del Río, conocida como ‘ La Petrolera’.
Allí se espera que se levanten 17 plantas de proceso, 93 tanques y esferas, y un sistema de generación de energía autosuficiente, cuya construcción creará 23,000 empleos directos y permitirá procesar 340,000 barriles al día para obtener 120,000 barriles diarios de diésel y 170,000 de gasolinas, equivalentes a 28.5% de lo que ahora se importa, según el gobierno. Todo, en tres años y por 155,000 millones de pesos, la mitad del tiempo y el costo estimado por expertos.
Pero, por ahora, sólo hay un terreno fangoso repleto de lodo e inundado por el agua que cayó con las lluvias de los días anteriores.
Desde su moto, desafiando la primera barrera de entrada al predio, Guadalupe Adame cuenta que, cuando comenzaron el desmonte, en septiembre de 2018, tres meses antes de que llegara el actual gobierno, pensaba que estaban haciendo una cancha de futbol. Después, la mancha de lodo en mitad del mangle fue creciendo hasta convertirse en paisaje.
“A nosotros no nos avisaron; fue sorpresivo. Todos los días íbamos a caminar por ahí, y empezamos a darnos cuenta de que llegaba maquinaria. En ese momento no sabíamos, pero fuimos testigos de todo el desmonte que hubo. Luego empezaron a llegar los volteos para sacar la basura. Fue bastante rápido, había muchas máquinas”, dice Adame, jubilada de Pemex.
La secretaria de Energía, Rocío Nahle, anunció que este mes harán dos licitaciones, aunque todavía no se conoce el proyecto ejecutivo sobre el que pretende ser uno de los megaproyectos más importantes del sexenio, ni las autorizaciones de impacto ambiental y de cambio de uso de suelo que permitirían la obra.
Ajeno a ello, en Dos Bocas se siente un ritmo frenético de trabajo: en menos de cinco minutos han entrado y salido una decena de volteos. Aquí, la refinería ya es un hecho. La ubicación no es casual: cada día arriban al puerto cerca de un millón de barriles de las plataformas de la sonda de Campeche. En contraste, hay desventajas importantes. Por ello, los expertos cuestionan que la decisión sea más política que técnica.
La construcción de la nueva refinería trae tanta esperanza como incertidumbre en Paraíso, un municipio de cerca de 100,000 habitantes, donde la tasa de desempleo alcanza 9%, el doble que el promedio nacional. La crisis de Pemex que inició en 2014, trajo el recorte de 1,857 puestos de trabajo en el sector petrolero en Tabasco, según Reuters. La economía local se desplomó. En 2017, la entidad ocupó los cinco primeros lugares en nueve delitos, entre los que figuran robo, secuestro, homicidio y extorsión.
Francisco Sánchez, vecino de la localidad, expone la dicotomía que viven: “Por una parte, va a contaminar el medioambiente, se van a morir muchas especies. Por otra, va a haber trabajo, y sí hace falta: aquí en Tabasco ha habido mucha crisis”.
Pero antes de que la refinería deje de ser una idea y se convierta en realidad, hay factores serios que deben atenderse a fin de darle viabilidad y hacer rentable esta obra emblema del actual presidente, oriundo de la entidad que la cobijará.
David Shields, director del proyecto Energía a Debate, expresa: “No queda clara la lógica de esta refinería. Se supone que las otras dos de la zona, Minatitlán y Salina Cruz, se van a modernizar, así que habrá tres refinerías compitiendo por el mismo petróleo para procesarlo en una zona que no necesita más productos”.
Rodrigo Favela, socio de HCX y representante de Energy Mexico Oil Gas Power, lo explica así: “Si se trata del abasto de combustibles, creo que no es el mejor punto. Si se trata de una estrategia en función del desarrollo nacional, puede ser que tenga sentido hacerlo allí”. Para ello, el experto considera que sería necesario vincular el proyecto a las Zonas Económicas Especiales y desarrollar un polo industrial que provea de insumos al sector petrolero.
Aunque no todos coinciden. Severo López Mestre, experto en políticas y regulación energéticas de la firma SMPS Legal, precisa que “la politización de proyectos de infraestructura es un foco rojo, porque no se está procesando la valoración de un proyecto por los cuadros técnicos”.
Y subraya: “La ubicación de una refinería es estratégica, no sólo por las fuentes de abasto, sino por la demanda y los destinos de los productos que arroje la refinería”.