IMAGINACIÓN
Creó seres mágicos que presenta en los semáforos para ganarse una propina y la sonrisa de la gente
Héctor Islas es feliz. A sus 65 años parece un niño en cuanto se sube a su bicicleta y comienza a mover a su Dino, su alebrije de cartón articulado, que lo lleva sobre su bici, le mueve las manos, la cabeza, la cola y le da vida durante los minutos que dura el semáforo en rojo, sobre la avenida Universidad, y arranca más de una sonrisa a los automovilistas que esperan el verde para seguir su camino.
Hizo mover al alebrije
Es originario del pueblo de Axotla, ahí por el Metro Viveros, y desde hace 10 años nació su gusto por hacer creaciones en cartón, pero que se puedan mover, y le gusta que cobren vida sobre la bicicleta.
"Yo veía a los alebrijes estáticos y decía: 'por qué no se mueven, no me gustan'; así que comencé los míos articulados y como me encanta andar en bici, los puse en la bici y me salí a recorrer los parques, y un día descubrí que les alegraba el día a la gente", relata.
Recuerda que un domingo en la avenida Álvaro Obregón, una familia después de ver su rutina, se le acercó y le dijo: "muchas gracias por alegrarnos el día, nos hizo olvidar nuestra preocupación por un momento".
H. Islas ESCULTOR
Si hay un interés real, me iré a dar un espectáculo a donde me inviten"
La gente se mochó
"Al principio hacia mi rutina con 'Cirila', 'Lote' o 'Carlota' (algunas de sus creaciones en cartón), nunca pedía cooperación y fue la misma gente que me dijo: 'ponga su sombrero', no quería y me insistieron. Lo puse y pum pum que me empiezan a caer billetes", detalla don Héctor. "Antes de la pandemia me iba a los parques, después me guardé un tiempo y un día salí al semáforo y me presenté ahí. Me tuve que adaptar porque son minutos en los que me puedo presentar, lo hice y ahora es mi forma de presentar mi rutina y en un día normal obtengo cerca de 500 pesos", explica el creativo artesano durante un alto.