Periódico AM Express (San Francisco del Ricón)
RINCONENSES VIVEN TERROR POR SISMO EN LA CIUDAD DE MéXICO
Radicados en la capital de la República o de visita contaron que aunque no sufrieron daños, sí vivieron momentos de pánico
Integrantes
de las familias León Barriga y Hernández, procedentes de San Francisco del Rincón que radican en la Ciudad de México, sufrieron el sismo de 7.1 grados Richter que dejó un saldo de más de 100 muertos.
En distintos lugares, los 15 miembros de estas dos familias se dieron cuenta del horror que se vivió durante los minutos que duró el sismo, y aun cuando no resultaron lesionados físicamente, señalan el sentimiento de miedo que esta situación generó.
En Nezahualcóyotl
Janeth León Barriga relata que a las 11 de la mañana, en la Universidad del Tecnológico de México, en Ecatepec de Morelos, en donde estudia la joven de 20 años, se llevó a cabo el simulacro, como se hizo en otros planteles, empresas e instituciones del país, precisamente como medida de prevención que se ha tomado desde el sismo del año 1985 que se registró el mismo día, pero hace 32 años.
Dos horas después comenzó a sentirse el movimiento de la tierra.
“Fue algo que se sintió horrible, gracias a Dios salí de la escuela a la una de la tarde, porque a la 1:15 fue cuando se sintió todo; yo estudio en el tercer piso, hu- biera sido un caos”, dijo
Lo único que quería era registrar a mi casa
Por otro lado, Janeth, quien al momento del sismo se encontraba con su pareja Iván, buscaron un punto de resguardo, en donde no hubiera riesgo de colapso.
“La sensación es espantosa, la verdad es que se movían los carros, los postes; lo único que yo quería era regresar a mi casa, quería ver a mi familia. Y en el camino pasé por un hospital, todos los pacientes estaban en la calle, las camillas, todo... es una sensación de pánico”.
“Se movió todo”
La casa de la familia León Barriga se ubica en la delegación Nezahualcóyotl, en la colonia Campestre Guadalupana, en la calle 19; en el lugar tienen una papelería. El lugar no presentó daños estructurales, aunque sí mencionaron que los estantes, el material y una copiadora quedaron fuera de su lugar.
Lo mismo ocurrió en la universidad, de donde se lograron obtener imágenes de la biblioteca, que también fue sacudida por el sismo, dejando libros esparcidos por el aula.
Artemio, padre de Janeth, de oficio taxista, mencionó que se encontraba por la zona de la Alameda cuando ocurrió el
sismo.
“Todos comenzaron a correr, sí sentí el movimiento, pero el ver a la gente que corría por todos lados, es lo que más alerta porque los vidrios de los edificios estaban cayendo, sólo se escuchaba el estruendo”, recordó Artemio León.
En Coyoacán
La familia Hernández, también originarios de San Francisco del Rincón, viven en la zona de Coyoacán, y aun cuando señalan que no se registraron daños materiales en su casa, la experiencia fue aterradora.
“El susto del momento, y luego ver todos los daños que se generaron es una sensación de impotencia por un lado y de agradecimiento por otro, al saber que la familia se encuentra bien, pero son muchos los afectados, y mucho el dolor de otras familias”, dijo Adrián.
Purisimense estaba de visita
Un habitante de Purísima vivió el sismo mientras se encontraba de visita en la Ciudad de México; resultó ileso. “Estaba en un edificio por el monumento a la Revolución, nos encontrábamos en una reunión de trabajo en el cuarto piso, cuando nos avisaron que temblaba”, señaló Jorge.
Mencionó que la situación por la emergencia se convirtió en un caos, sin embargo destacó que la gente actuó de manera organizada. “De pronto no se podía caminar y se caían los cuadros, algunas lámparas y libreros, por las calles hay edificios con afectaciones y banquetas tronadas. El edificio se movía de un lado a otro... algunos intentaron correr a las escaleras, pero los encargados de protección lo evitaron y nos pidieron estar en las esquinas. Hasta que poco a poco pudimos bajar, pero seguía moviéndose”.