Periódico AM Express (San Francisco del Ricón)
PIERDEN MAMÍFEROS MARINOS UN GEN VITAL
La falta de una enzima los dejaría sin una defensa esencial contra pesticidas
Hace unos 50 millones de años, unos mamíferos parecidos a los perros regresaron al mar y evolucionaron para convertirse en ballenas y delfines. En esa misma época, un primo primitivo de los elefantes también se zambulló, dando origen a los manatíes y los dugones.
20 millones de años después, unos mamíferos parecidos a los osos también se dirigieron al mar, y evolucionaron hasta convertirse en focas, leones marinos y morsas.
Cada una de estas especies marinas se adaptó a la vida acuática a su manera. Los manatíes y los dugones pastan lentamente en la vegetación marina. Las focas y sus parientes se zambullen en la profundidad tras su presa, pero aún se arrastran a las playas para aparearse y criar a sus cachorros.
Las ballenas y los delfines han llevado a cabo las adaptaciones más radicales, incluyendo espiráculos, barbas y ecolocalización. No obstante, un estudio reciente muestra un vínculo común: en los tres grupos de mamíferos, muchas especies dejaron de producir la misma enzima. Ahora esta pérdida podría actuar en su contra.
La enzima proporciona una defensa esencial contra ciertos tipos de pesticidas dañinos. El nuevo estudio plantea la posibilidad de que los mamíferos marinos sean especialmente vulnerables a estas sustancias químicas, que se trasladan de los campos de cultivo a las aguas costeras.
“Es demasiado importante como para no prestarle atención”, comentó Nathan L. Clark, uno de los autores del nuevo estudio y biólogo evolutivo de la Universidad de Pittsburgh.
Charles Darwin fue el primero en reconocer que los mamíferos marinos evolucionaron de ancestros terrestres. Las pistas se encontraban en su anatomía: las aletas de las focas son solo pies modificados. El espiráculo de la ballena es una nariz que se ha movido.
Más recientemente, el ADN de los mamíferos marinos ha revelado más detalles acerca de sus adaptaciones. Los científicos han descubierto que algunos genes evolucionaron para hacer cosas nuevas, pero otros simplemente dejaron de funcionar.
Clark y sus colegas desarrollaron recientemente una nueva forma de investigar estos genes y buscaron los que se rompen en los mamíferos marinos con mayor probabilidad que en los terrestres. Los científicos obtuvieron una lista pequeña de genes que en repetidas ocasiones estaban suspendidos en los mamíferos marinos.
La mayoría estaban relacionados con el olfato, lo que apoyaba estudios anteriores que mostraban que los mamíferos marinos tienen un sentido del olfato nulo o limitado. Sin embargo, al inicio de la lista estaba un gen llamado PON1 que no tenía nada que ver con el olfato.
Wynn K. Meyer, una investigadora de posdoctorado en la Universidad de Pittsburgh y coautora del nuevo estudio, dijo que se sorprendió mucho cuando descubrió lo que hace el gen: defender contra algunas sustancias químicas tóxicas.