Acusan en Jojutla olvido de Gobierno
El rumor entre los vecinos es que toda la cuadra de Jaime Nunó, hasta Zayas Enríquez, en el corazón de este municipio, va a ser demolida.
Es un rumor que parece obvio cuando se ve que ninguna casa quedó en pie tras el sismo de magnitud 7.1, pero es un rumor porque en esta calle ninguna autoridad se ha parado.
Los moradores de lo que fueron viviendas de una o dos plantas, algunas de ellas construidas con bloques de adobe, están sobre la calle, a la intemperie, protegiéndose como pueden del sol, en sillas de plástico, bancos o en la guarnición de una banqueta que no se rompió.
Tres días después del movimiento telúrico, cuyo epicentro se registró a 70 kilómetros de esta localidad, ya ni siquiera hablan del susto que se llevaron ese día ni de la circunstancia que hizo que se salvaran. Sólo miran lo que fue su hogar y que hoy son losas fracturadas, muros derruidos, varillas expuestas y vidrios desechos.
“No tenemos información, nadie nos viene a ver, nadie nos visita, nadie, estamos en el abandono”, lamenta Lupita Melgosa, una mujer de 71 años que nació aquí, se fue de joven, volvió y, ahora, el destino la ha dejado sin casa.
Ella entiende que la magnitud de la desgracia ha mantenido ocupadas a las autoridades, tantas casas dañadas, tantas personas sin techo, tantas despensas que repartir, tantos planes por etapas, que es imaginable que no hayan llegado a su casa, ni con una solución, ni como un bálsamo ante la desesperanza.
“Yo pienso que no soy la única y, según lo que me dicen, porque yo de aquí no me he movido, entiendo que no haya tiempo para andar visitando toda la gente, pero cuando menos en carro que pasaran y nos apretaran la mano y nos dijeran ‘no están solos, estamos con ustedes’”, dice.
En el lindero de lo que, de ser cierto el rumor, será la demolición, está Juan Ramírez Villasana, de 62 años, comiendo unos pepinos con limón cortados en rodajas. Acaba de platicar con dos jóvenes que llevaban unos chalecos azules con la leyenda de la Unión Europea y dice que en la desgracia ha conocido a mucha gente que ha venido a ayudar.
El hombre cuenta que nació en el Portal de los Morales, a unas cuadras de su casa, que se desplomó con el sismo, y que, si no ha sido por la ayuda de los voluntarios, habría tenido dificultades para comer, pues la única autoridad que llegó fueron los del Estado Mayor, que el miércoles colocaron una cinta para restringir el paso de los vecinos por la visita que realizó el Presidente Enrique Peña.