El derecho al medio ambiente sano. Prioridad para las juventudes.
Global Shapers es una iniciativa del Foro Económico Mundial que agrupa a mujeres y hombres jóvenes de entre 20 a 30 años de edad residentes de 378 ciudades en el mundo -incluidas ciudades mexicanas como Ciudad de México, Guadalajara, Querétaro, Monterrey y León- que se desarrollan en diferentes áreas profesionales y comparten un espíritu de emprendimiento y acción a favor del cambio social.
Como parte de sus acciones globales, cada año y con el objetivo de ofrecer una visión acerca de cómo las juventudes perciben el mundo, se realiza la Encuesta Shaper (“Shape Survey” en inglés), misma que es aplicada a miles de personas jóvenes alrededor del planeta en torno a las siguientes cinco temáticas: Economía y Perspectivas Globales, Gobernabilidad y Participación Ciudadana, Tecnología e Innovación, Valores y Sociedad y Negocios y el Lugar de Trabajo.
En meses pasados, 31 mil 495 personas jóvenes participaron en la “Encuesta Anual de Global Shapers 2017”, instrumento que revela como tercer año consecutivo que el cambio climático es la preocupación número uno de las juventudes contemporáneas, al no estar convencidas de las políticas globales implementadas en nuestros días.
No obstante, más allá de señalar este dato estadístico, conviene hacer énfasis en que la manifestada preocupación de las y los jóvenes encuentra protección en el derecho humano al medio ambiente sano, definido como el derecho a disfrutar de un entorno ambiental seguro para el desarrollo de toda persona y que se encuentra estrechamente relacionado con otros derechos, tales como el derecho a la salud, a la vivienda, alimentación adecuada e incluso el derecho a la vida.
Explícitamente este derecho ha sido recogido en varios instrumentos internacionales como en la Resolución de la Asamblea General 45/94 de la ONU, en la que se estableció que: “todas las personas tienen derecho a vivir en un ambiente adecuado para su salud y bienestar”; y en algunos otros, como en la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, Declaración de Río Sobre Medio Ambiente y Desarrollo de 1992, el Protocolo de Kyoto de 2005 y en la Declaración Universal de Derechos Humanos Emergentes que, en su artículo 3, reconoce el derecho a habitar el planeta y al medio ambiente. Asimismo, se debe considerar que el derecho al medio ambiente sano, establece la obligación por parte de los poderes públicos de velar por la utilización racional de los recursos naturales.
El cada vez más constante acontecer de fenómenos relacionados con el cambio climático alrededor del mundo, releva que la preocupación de las juventudes actuales es más que racional y legítima, por lo que toca el turno para que los gobiernos del mundo apliquen una política ambiental más ambiciosa que garantice efectivamente nuestro derecho a un medio ambiente sano.